Queremos que este vídeo hablando sobre la fertilidad sea compartido lo más posible para que llegue a cuanta más gente mejor. Y no solo a parejas que no pueden tener hijos, sino sobre todo a aquellas personas que no han tenido problemas para ser padres.
Y es que «La infertilidad detuvo mi vida» es un vídeo indispensable para que podamos conocer y entender, todos, los sentimientos que las parejas, y sobre todo las mujeres, tienen cuando no consiguen tener un bebé.
Esta mujer embarazada no soy yo…
El vídeo hace un repaso por varias de las situaciones cotidianas por las que una mujer que no logra ser madre llega a pasar, y cómo poco a poco, a medida que pasa el tiempo y las malas noticias se van sucediendo, empieza a evitar los momentos incómodos y a las personas con las que se sienten también incómodas.
Ese preguntarles para cuándo, que se les pasa el arroz, el «odio las bodas» que dice tanto en tan pocas palabras, e incluso todas las situaciones familiares en las que hay niños por todas partes y a las que pueden preferir no acudir.
Un montón de sentimientos que son suyos y que tienen todo el derecho de sentir e incluso de expresar, y el porqué los demás deberíamos esforzarnos por comprender, sin juzgar, ofreciendo cariño y apoyo, por si después de tenderles la mano, ellas deciden cogerla; por si les podemos ofrecer un abrazo y ellas quieren recibirlo.
Es nuestra obligación, la de todos, tratar de entender lo duro que puede llegar a ser algo así. Por eso quiero acabar esta entrada citando las palabras de Helena, cuando le pregunté cómo podía llegar a ser el momento en el que una pareja se da cuenta de que, a pesar de todos los esfuerzos, medios y esperanzas, el bebé deseado no llega:
Cuando pasan los años, cuando has pasado por diferentes tratamientos de reproducción asistida, cuando las pruebas ya no dicen nada más, cuando la cuenta corriente está temblando porque no olvidemos que estos tratamientos son terriblemente caros y en muchas ocasiones no están cubiertos por la Seguridad Social, cuando estás agotado y sientes que no puedes más… Cuando llegas a ese punto, pueden pasar varias cosas.
Hay mujeres, parejas, que aun encontrándose en esa situación de agotamiento físico, psíquico y económico no pueden plantearse parar. Otras en cambio sienten que no pueden más, que se acabó. Que el próximo tratamiento será el último tratamiento. Y si no funciona, se despedirán de la búsqueda y comenzarán un nuevo camino, aprendiendo a vivir sin un hijo.
Ese momento es terrible. Terrible porque ya estás agotada, porque ya no puedes más. No tienes fuerza. Y aun así, tienes que comenzar a elaborar un nuevo duelo. El duelo final. La despedida final de esa búsqueda y de ese hijo.
Tienes que respirar hondo y decir: «Hasta aquí hemos llegado. Lo hemos intentado todo. No podemos hacer más. Ahora, tenemos que aprender. Aprenderemos a dejar de buscar. Aprenderemos a no tener hijos. Aprenderemos a volver a sonreír. Aprenderemos a volver a vivir».
Muchas veces hablamos de batallas, de lucha, y quiero dejar algo muy claro. Parar de luchar, decidir dejar de buscar un hijo no es perder la lucha. No es perder la guerra. No es abandonar.
Tomar la decisión de “Hasta aquí, no puedo más”, es una de las decisiones más valientes que seguramente tomará esa pareja en su vida.