El pequeño Ari Schultz pasó exactamente 211 días esperando pacientemente por un trasplante de corazón. Sin embargo, lo que realmente conmueve es la reacción con la que el niño ha tomado la noticia.
Lleno de dudas, intriga, miedo pero también con mucha alegría, Ari comienza hacer diversas preguntas respecto a la operación y cómo sería su nueva vida.
“¿Eso significa que no recordaré cuando jugamos baseball?”.
“¿Hoy me podré ir a casa?”.
Y es que después de pasar casi un año internado en el Hospital para Niños en Boston, el pequeño Ari Schultz no quería otra cosa que volver a casa y tener una vida lo más «normal» posible.
“Hoy está despierto, ya no está usando el tubo de respiración y está respirando por sí mismo. A Ari le queda un largo camino por delante, pero hasta ahora su nuevo corazón está cooperando”.
Sus padres también comentaron felices acerca del estado actual de Ari:
“No podemos decir que no come nada, ¡pero él quería ordenar! Nos hemos trasladado del CICU a otro piso. Un poco mejor cada día, pero todo lo sabremos más tarde cuando podamos chequear su función y las presiones, y una biopsia para ver la reacción. Serán unos cuantos días antes de que sepamos la respuesta”.