La maternidad es, sin duda, uno de los más bellos regalos y privilegios que la naturaleza ha dado a las mujeres. El poder llevar consigo durante 9 hermosos meses el producto del amor de los padres es una sensación difícil de explicar. Dar a luz un bebé es una bendición pero cuando son gemelos, la felicidad viene por partida doble.
Sin embargo, y desgraciadamente, no todas las mujeres pueden ser madres muy a su pesar. Por azares del destino a algunas simplemente se les ha negado la hermosa experiencia, la naturaleza así lo quiso.
Este era el caso de Andrea y Mark Rivas y de sus amigos cercanos Sandi y Philip Palmisano. Tras varios intentos fallidos de lograr un embarazo exitoso, ambas parejas decidieron acudir al mismo centro de fertilidad, fue allí dónde se conocieron y se hicieron grandes amigos.
Dos años después de iniciar el tratamiento las oraciones de los Rivas fueron escuchadas y lograron un embarazo exitoso; luego de nueve meses Andrea daba a luz a dos hermosos y saludables gemelos: Conor y Avery.
Desafortunadamente los intentos de Sandi y Philip Palmisano eran infructuosos y no lograban un embarazo, aún luego de cuatro años de tratamiento en la clínica de fertilidad.
Era tal su desdicha que estaban a punto de rendirse y aceptar la idea de nunca tener hijos propios cuando Andrea llegó a ellos con una oferta extremadamente desinteresada e inesperada: ella sería su madre subrogada (vientre de alquiler) y llevaría al hijo de sus amigos en su vientre.
La oferta los sorprendió y llenó de alegría y, sin dudarlo, aceptaron de enseguida. Aún sin saber si el procedimeinto de madre subrogada sería exitoso, esta oferta unió a las familias aún más y para siempre.
«Sabíamos que seríamos amigos para toda la vida sin importar los resultados», comentó Philip.
Pero nada los prepararía para lo que estaba por pasar. Afortunadamente el embarazo subrogado de Andrea con los hijos de sus amigos pudo lograrse, y cuando el primer ultrasonido llegó todos recibieron noticias impactantes.
No se trataba sólo de un bebé, sino de dos. Una vez más Andrea estaba embarazada de gemelos, pero esta vez eran los hijos de Sandi y Philip. Cuando llegó el día del parto su mejor amiga estaba allí a su lado para ser testigo del nacimiento de Grayson y EmmaLee.
Por fin las dos parejas de amigos habían logrado cumplir sus sueños de paternidad, pero las sorpresas no habían acabado.
Apenas unos pocos meses después del segundo parto, Andrea comenzó a sentirse extremadamente enferma y, para descartar posibilidades, se hizo una prueba de embarazo, sorpresivamente salió positiva.
La pareja corrió donde el doctor y la noticia les fue confirmada, pero no sólo se trataba de un embarazo natural, sino que un ultrasonido les reveló que eran dos los bebés que esperaban. Gemelos ¡una vez más!.
Fue así como, un año después de que Andrea diera a luz a los bebés de Sandi y Philip, volvió a dar a luz a su segunda pareja de pequeños. Ahora los hijos de los Rivas y los Palmisano se llaman primos entre ellos y será así para siempre.
Ninguna de las familias esperaba tener hijos, menos aún gemelos. Su bella historia muestra que la vida es un viaje impredecible del que nunca hay que rendirse.
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