Su padre grabó todos los momentos de su crecimiento.
La llegada de este bebé al mundo no fue nada fácil, sólo tenía cinco meses en el vientre de su madre cuando tuvo que nacer.
Su situación de salud era crítica, no podía respirar por sí solo, ya que sus pulmones aún no estaban preparados para hacer su función, el bebé estaba muy expuesto y delicado, pesaba únicamente 680 gramos, sus probabilidades de supervivencia eran muy remotas.
El padre de este pequeño grabó todo su proceso de avance y su increíble desarrollo, su madre siempre estuvo a su lado en el hospital brindándole los cuidados necesarios.
Con el método de «mamá canguro», el menor aprovechaba al máximo el calor de la piel de su mamá.
La criatura estuvo por un periodo en cuidados neonatales, y sus padres jamás se separaron, siempre tuvieron la esperanza que de todo saldría bien, y su hijo lucharía por salvarse.
Todas sus fuerzas estuvieron ahí, con el niño, y afortunadamente, poco a poco fue tomando más vitalidad y fuerza para vivir por sí mismo y no a través de los aparatos.
La familia se encuentra más que agradecida por esta experiencia que luego de tanto sufrimiento, les brindó la dicha más grande.
