Aunque las personas ciegas viven sin ver, tienen sin embargo una experiencia sensorial única que les permite “ver” mucho más de lo que nosotros nos pensamos.
Cuando los cuatro sentidos restantes se vuelven más fuertes, algunas cosas pequeñas se convierten en más grandes e importantes.
Este hecho no es tan raro como puede parecer. El pintor ciego John Bramblitt nunca ha visto a su esposa o hijo, pero puede pintar retratos realistas de ellos con sólo tocar sus rostros.
Para una madre ciega, el olor de la mano de un bebé que toca su nariz es aún más potente. El mechón de pelo en la cabeza del pequeño es más suave.
Tatiana Guerra es una madre ciega que está a la espera del momento en que puede tener a su hijo en brazos por primera vez.
Sin embargo, a diferencia de la mayoría de las mamás que esperan a su bebé, Tatiana no es capaz de tener la experiencia de ver el desarrollo de su bebé a través de las ecografías.
La primera vez que se puede discernir la pequeña naricita en una pantalla, lo que Tatiana se imagina como “se parece a una pequeña patata“, es un momento precioso para cada madre.
La empresa Huggies decidió dar a Tatiana algo muy especial. Cuando vimos lo que era y cómo reacciona la madre, no pudimos evitar emocionarnos…
La belleza de la maternidad se muestra de formas diferentes y la de Tatiana es definitivamente algo especial.