Los niños esperan con ansias la Navidad y, sobre todo, la Nochebuena porque representa la fecha en la que el Viejito Pascuero traterá sus regalos más anhelados.
En algunas ocasiones las travesuras de los chicos molestan a sus padres que llegan a amenazarlos con la frase «No te van a dar obsequios». El temor les facilita a a los progenitores someter a sus hijos a su voluntad, algo que no es considerado sano.
Empiezan a ejecutar chantajes con el anhelado obsequio como excusa para lograr sus objetivos. Según psicólogos, esta situación es negativa porque puede causar traumas innecesarios en los menores.
Chantajear a infantes no es una opción
El psicólogo argentino Fernando Ulloa le dijo a Página 12 que chantanjear a los «reyes de la casa» no es recomendable porque puede convertirlos en víctimas de la inseguridad.
¿La razón? Los pequeños dudarán sobre decir o no sus respuestas cuando se presenten momentos para tomar decisiones importantes.
Por esa razón, se sugiere no utilizar a los regalos navideños como argumento para forzarlos a reprimir sus travesuras porque puede transformarlos en seres tímidos.
«El desarrollo de la crueldad tiene como antecedente, en la constitución inicial del sujeto, la falencia de la ternura como primer anidamiento y amparo. Se deben evitar los traumas en niños en fechas tan importantes como la Navidad porque tienden a ser fechas muy recordadas en la vida», explicó Página 12.
Más razónes para no generar traumas
ABC de España dio a conocer otras razones para que los papás dejen de chantajear a sus descendientes en medio de las fiestas decembrinas.
«Cuando se amenaza al niño con el hecho de que no le traerán regalos como consecuencia de su comportamiento se está tratando de regularlo en base al miedo y al castigo. Eso generará trastornos en su personalidad», indicó la psicóloga Mónica Serrano al mencionado sitio web.
«Este método de gestión de conflictos no es beneficioso porque cuando un niño aprende a actuar en función de condicionantes externos deja de crear estrategias personales y sociales propias. Pierde el autocontrol y la confianza», añadió Serrano quien no desea que los presentes se conviertan en la principal motivación de los niños para vivir.
«Cuando se enseña al niño a comportarse de un modo o evitar otro para conseguir un refuerzo material, se le está transmitiendo al niño un valor orientado a los bienes materiales y al consumo. Eso no es bueno para el desarrollo de su personalidad».
