En el pasado, algunos padres evitaban que sus hijos manifestaran emociones en momentos en los que experimentaban dolor, pues querían que se transformaran en supuestos seres más fuertes.
Pero en el siglo XXI, estudios hechos por psicólogos de universidades de Estados Unidos y Europa determinaron que impedir que los menores manifiesten tristeza o rabia puede crear serios trastornos de personalidad.
Esto último se debe al hecho de que los individuos tienden a convertirse en retraídos, algo que impedirá sus interacciones con el entorno. De hecho, pueden convertirse en seres inexpresivos, capaces de eludir la ayuda de sus amigos, así como de profesionales encargados de garantizar su salud mental.
¿Por qué no se deben reprimir las emociones de chicos?
Es Mamá explicó algunos motivos por los cuales no se debe obligar a los muchachos a permanecer silentes en malos momentos. Indicó que este tipo de acciones trae estas consecuencias:
- Inmadurez. Los chicos tendrán dificultades para conectarse con sus semejantes. Eso los hará propensos a pelear sin motivos. Se convierten en sujetos conflictivos.
- Irresponsabilidad. Cuando un jovencito cometa errores, y por no saber asumir las consecuencias de sus actos, tratará de culpar a los demás de las cosas malas que le ocurran.
- Tendencia al suicidio. Al ser incapaz de expresar sus sentimientos, los muchachos quieren acabar con sus problemas al atentar contra sí mismo. En estos casos hay que motivar a los chicos a ir a consultar a especialistas.
Cómo ayudar a los jovencitos a ser más expesivos
Guía Infantil instó a los papás a no reprimir las emociones de sus descendientes con el fin de no generar cuadros de ansiedad, depresión o la somatización de enfermedades físicas. Para concretar este objetivo se debe realizar lo siguiente:
- Servir de ejemplos. Los papás deben dar muestras de su sinceridad a la hora de expresar sus sentimientos, con el fin de que los menores aprendan que no se deben guardar pensamientos negativos que pasarán a ser destructivos.
- Saber escuchar. Los chicos sentirán más confianza en aquellos momentos en los que sus representantes les hablan con sinceridad. De esa manera, aprenderán a comunicar sus ideas sobre situaciones incómodas. Eso les permitirá madurar.
- Aprovechar recursos. Algunas películas, como por ejemplo La Vida es Bella, combinan la comedia con el drama. Esas películas son ideales para debatir sobre algunas situaciones que se presentan, entre ellas la muerte de familiares en épocas de guerra. Sirven para reflexionar
- Manejar el enojo. Cuando se les enseñan técnicas sobre cómo respirar y actuar en momentos en los que invade la furia, las personas pueden ser más tolerantes con otras. Eso ocurre desde la niñez.
Si los antecesores realizan estas tareas podrán generar que sus descendientes sean expresivos, algo que evitará que surjan males que puedan afectar su estabilidad emocional.