A medida que los pequeños van creciendo comenzamos a percibir cambios inesperados en ellos. Pasan de ser niños obedientes a tener un carácter fuerte, rebelde y retador. Normalmente la edad más difícil en los niños es cuando inician las adolescencia. Pero previo a ella, durante su crecimiento aparecen etapas llamadas “crisis de edad” y tienen que ver con los diferentes cambios físicos y psicológicos que siente el niño.
Tres años
Estudios revelan que la edad más difícil durante el crecimiento y desarrollo de los niños son los tres años. Es conocida como la “fase del negativismo”. La actitud del niño suele ser de negación continua. Alrededor de los dos años y hasta los cuatro aproximadamente, los niños viven una etapa común de negación. Su objetivo no es incomodar a sus padres, sino encontrar identidad propia.
A partir de esta edad, comienzan a experimentar la autonomía y la capacidad de movimiento que pueden tener por si solos y de esta manera aumenta la percepción que tienen hacia el mundo que los rodea.
¿Qué deben hacer los padres?
Comprenderlos y ser tolerantes con sus comportamientos. A esta edad están formando su personalidad y es un error no permitirles conocer su esencia. Esta crisis no será permanente, pero es necesario saber enfrentarla, marcando límites claros a sus deseos de imponerse que contribuyan a formar un buen concepto de su propia individualidad. Esto permitirá que su desarrollo sea positivo.
El problema no es la madre ni la familia, ni su entorno. En esta etapa ellos desean hacer lo que quieren, mientras le dices ¡NO! es cuando más lo van a hacer, porque desean volverse personas independientes. Los padres y familiares deben mantener una posición firme, razonable y lógica ante esta situación.