Dolores de cabeza a causa de la presión y el estrés, son los motivos por los cuales cada año aumentan las visitas de niños a consultorios pediátricos. El estrés cada vez se hace mayor gracias a una agenda completa y sin tiempo libre para perder saludablemente.
El estrés puede afectar significativamente a todos los niños que se sienten abrumados. En los pequeños en edad preescolar, el hecho de separarse de sus padres puede generar estrés o ansiedad. Y con el pasar del tiempo se van sumando las presiones académicas y sociales.
¿Por qué se van formando este tipo de presiones?
- Muchos niños están muy ocupados y no tienen tiempo para jugar de manera creativa o relajarse después de la escuela.
- Los pequeños que se quejan de la cantidad de actividades en las que sus padres los inscriben o se niegan a asistir a ellas pueden estar dando a entender que están demasiado abrumados.
- El entorno social también juega un papel importante, ya que si un niño no se siente cómodo en su escuela o círculo de amistades comenzará a llenarse de presiones extras (Es de suma importancia escuchar y observar el comportamiento de nuestros hijos).
Los síntomas físicos y emocionales del estrés en niños
- Cambios en los hábitos alimentarios.
- Migraña.
- El niño después de haber dejado el pañal, comienza nuevamente a mojar la cama.
- Comienza a tener pesadillas.
- Alteraciones en el sueño de forma prolongada.
- Pueden llegar a presentar dolores estomacales.
- Pataletas y llanto constante.
- No pueden controlar sus emociones.
- Comportamiento agresivo o terco.
- Regresión a comportamientos típicos de etapas anteriores.
¿Intervienen otros factores en el estrés de los niños?
En ocasiones los padres pueden interferir significativamente en la tranquilidad o intranquilidad de sus hijos, por tres razones:
- Si sus hijos escuchan cuando usted habla sobre sus problemas en el trabajo, y lo hace de forma negativa, entonces el sentirá preocupación.
- Si en el hogar existen discusiones de parejas delante del pequeño, probablemente él se contagie de energías negativas y presiones.
- Los niños que no son bien atendidos, y que no cuentan con la atención necesaria, bien sea porque existen otros hermanos o porque los padres no tienen el tiempo suficiente, pueden entrar en un estado de estrés o ansiedad.
Recomendaciones
- Los padres deben tener en cuenta la manera en que hablan cuando sus hijos están cerca.
- Observa siempre el entorno donde se desenvuelve.
- Aprende a escucharlos ¡No los ignores!