No es una labor sencilla tratar de organizar el tiempo entre el trabajo, la pareja, el hogar y los hijos; debido a esto, es posible que nos acostumbremos a buscar la colaboración de nuestro hijo mayor para que atienda a sus hermanos menores.
Inculcarles a nuestros hijos el amor, respeto, e intenciones de ayudar a los demás, es positivo, pero al momento de pedirles que ayuden en el cuidado de los más pequeños, se les debe instruir suavemente a medida que crecen, y conforme a las posibilidades que su edad les permita.
Sin embargo, no es una regla que los hijos mayores cuiden a sus hermanitos, dándoles una obligación que no les concierne y que tampoco están en posición de cumplir.
En las familias existen jerarquías, donde la autoridad se debe respetar. Con ésta, los papás pueden poner las normas, sancionar cuando es debido, y premiar el buen comportamiento al igual que protegen y educan, suponiendo que los padres están en un nivel más alto que los hijos, quienes se encuentran todos a la misma altura.
Entonces, cuando se da lo contrario, y los padres ceden parte de su mando sobre el hermano mayor, consiguen crear un conflicto complicando la relación de los hermanos. Surgen conductas de desobediencia en los hijos menores y pueden hasta desatarse constantes discusiones, producto del traspié de los papás.
Lo que no deben hacer los padres
- Negarle a su hijo mayor el derecho de disfrutar una relación de hermanos con los niños más pequeños.
- Dejar que los hermanos mayores hagan el papel de autoridad en el hogar, ese rol es de los padres.
Si a los padres se les dificulta
el cuidado de un niño pequeño,
a sus hijos mayores les cuesta aún más.
Lo que sí pueden hacer los papás, es darles la oportunidad a sus hijos mayores de que vayan obteniendo destrezas y aptitudes gracias a las experiencias. Sin olvidar que un niño por más maduro que se vea, no tiene la capacidad de reaccionar ni sabe cómo responder ante una circunstancia de riesgo o aprieto como lo puede hacer un adulto.
Entre las cosas que puede hacer un hermano mayor, está por ejemplo, el ayudar a su hermanito en sus tareas escolares, o enseñarle a como colaborar en casa.
Cuando los papás ocupan su rol como padres y sus niños están claros siendo hermanos en vez de una figura de autoridad, logran vivir en un ambiente armonioso, obteniendo los frutos de una excelente relación fraternal.