Si tiene dos o más hijos ya habrá vivido las discusiones entre hermanos, donde en la mayoría de los casos, se pone a la familia en situaciones intensas y estresantes; para que esto no sea recurrente, te aconsejaremos cómo evitar que los hermanitos continúen enfrascados en peleas sin fin.
Las discusiones y los enfados de los pequeños suceden por muchas razones cuando aun están en la etapa de la niñez. Los papás deben entender que según crecen los hermanos, van cambiando los motivos de las peleas, dando como resultado en la mayoría de las veces, que por un enfado pasen de dejar de hablarse a pegarse o a insultarse, pero que independientemente de la edad que tengan los hermanitos, lo más seguro es que riñen por tener una atención extra de parte de sus papás.
Lo que no se debe hacer
- Comparar a los hermanos: Se debe evitar poner a uno u otro como ejemplo de comportamiento, porque aunque hay niños más conflictivos que otros, es normal que los altercados se den por parte de los dos.
- Buscar la razón de la discusión: Los padres no tienen que buscar el saber porqué estaban discutiendo; de hacerlo, pasarían a formar parte de la disputa, esto solo complicaría el incidente consiguiendo mantener la misma actitud, pero con uno más en la discusión.
- Violencia entre hermanos: No se puede aceptar de ninguna manera el solucionar las discusiones, con violencia física o verbal, o la fuerza.
- Amonestar sin razón: Cuando se aplique una sanción, ésta tiene que estar vinculada con el dilema que se desea corregir.
- Señalar culpables: Evitar el buscar culpables y víctimas; lo más conveniente es tratar a ambos hermanos por igual.
¿Cómo puedo intervenir?
Debes darle la oportunidad a tus pequeños de que cambien sus conductas, para demostrar que pueden estar juntos sin altercados.
Se recomienda por parte de algunos especialistas, que los papás no se involucren en estas situaciones y dejen que sus hijos aprendan a manejar sus disputas, para que puedan desarrollar así, habilidades que en el futuro los hará relacionarse mejor con otras personas.
Los pequeños deben respetar las posesiones y el espacio personal de cada quien para así evitar fricciones entre ellos; los papás tienen que establecer el tiempo que a cada uno le corresponda para determinada actividad, como por ejemplo para ver la televisión o utilizar la computadora.
Enseñarlos a reconocer sus faltas y a disculparse. Irse a la cama disgustados uno con el otro no está bien; es preferible estimular el diálogo para que conversen entre ellos, limando sus roces de forma positiva.
Que tus hijos se peleen entre sí es totalmente normal, es una etapa en su aprendizaje. No obstante, debes saber controlarlos e igualmente ponerles reglas y límites. Nunca olvides tratarlos a cada uno dependiendo de su personalidad, de esta manera aumentas su autoestima y los motivas a ser recíprocos en el cariño y en el apoyo que se dan.
