Esperar al primer bebé resulta un cambio trascendental, porque supone el emprender una vida junto al pequeño que está por nacer; comienzan a preparar el hogar, como también se preparan para la crianza. Es cuando asumen su papel como papás primerizos.
Es esencial que durante el embarazo ambos padres se sientan complacidos y felices, puesto que es una dicha que se refleja en la salud de la madre y en la del bebé que se gesta.
Es un momento único esta espera, especialmente porque no hay más hijos a los que atender; tiempo indicado para arreglar todo antes de su llegada, para elegir el nombre, o disfrutar de un tiempo a solas como pareja.
Deben tener la completa disposición para llevar a cabo lo leído o ensayado, así como lo practicaron en el embarazo y en el parto, tomando en cuenta que para los padres primerizos es muy fácil el tener algunos traspiés.
Aquí algunos errores que no debes cometer, solo presta atención y todo saldrá bien:
- Confiar en lo que te dice la gente más que en lo que te dice el pediatra: La medicina ha avanzado y se ha podido demostrado que lo que antes se tenía como cierto, ya no lo es. Entonces, confía en tu pediatra antes de escuchar trucos que les vaya a dar malos resultados, la salud de tu hijo es lo principal.
- Bañar a tu bebé todos los días: Según expertos, con tres baños semanales es suficiente. Para cuidar su higiene es básico que tras un cambio de pañal, queden bien limpias sus manos y partes íntimas. Pero si a tu bebé lo relaja bañarlo con agua tibia antes de dormir, puedes hacerlo diariamente pero sin usar jabón o champú.
- Esterilizar todo obsesivamente: Aunque tu hijo haya sido prematuro, no debe ir más allá de lo normal el cuidado en la higiene. Para conseguir resguardar al bebé de posibles infecciones, solo debes mantener la limpieza habitual de sus cosas.
- Abrigarlo excesivamente: Los bebés pueden rápidamente enfriarse o calentarse, y por ello no es favorable abrigarlo en exceso; cada niño es distinto a otro. Es mejor que te asegures de su comodidad, tocando sus manos y pies, dependiendo, lo abrigarás menos o más.
- Que duerma en tu cama: Evita que esto suceda, en un descuido puedes moverte y hacerle daño con tu cuerpo, que es más grande y pesado que el de tu bebé. Además, es mejor no fomentar un hábito que no deberá mantenerse en el futuro.
- Que nadie lo cargue porque se contagia: Hazle caso a tu sentido común, si tu recién nacido no tiene contacto con alguna persona que esté enferma, no tendrá el riesgo de contagiarse.
- Silencio en casa mientras duerme de día: Cuando tu bebé tenga el mes y medio de nacido, comenzará a adaptarse a los estándares de sueño con los ciclos de luz y oscuridad, que aporta normalidad al ritmo de vida en un hogar.
- Decir que nunca necesitas ayuda: Todos los padres requieren apoyo para cuidar a su bebé, aún más, si se es padre primerizo. No es malo buscar ayuda para realizar nuestras responsabilidades.