El pediatra Juan Juanet, nos comenta que: “los recién nacidos durante sus primeros días presentan una visión un poco borrosa, que por lo general no le permite ver a grandes distancias, lo que significa que si observas que tu bebé se queda mirando sus manos o algún objeto fijamente es totalmente normal”.
Cada bebé utiliza sus manitas para conocer el mundo, a través de ellas puede desarrollar diferentes estímulos que le permiten guardar en su cerebro lo que va experimentando (textura, temperatura), por este motivo siempre están atentos a sus manitas y deditos.
También debemos tomar en cuenta que hacia el tercer o cuarto mes de vida el pequeño va presentando un interés por todo lo que se encuentra a su alrededor, es entonces donde el bebé descubre sus manos y su utilidad, es decir, está consciente de que puede tocar y sentir a través de ellas.
Este progreso hace que el bebé pueda pasar minutos haciendo movimientos y observando detalladamente sus manos, de hecho una de las primeras cosas que los bebés realizan con sus manos es llevarlas a la boca y chuparlas, luego pueden agitarlas cuando algo llama su atención, logrando así separarlas y juntarlas las veces que quieran.
Reflejo de presión
El reflejo de presión se presenta en los primeros meses de vida y va desapareciendo según el aprendizaje que va adquiriendo el bebé.
En el primer mes podemos observar cómo los pequeños mantienen los puños totalmente cerrados, durante el segundo mes siguen de la misma manera pero con menor rigidez y en el tercer mes logran la soltura de sus manos.
En el cuarto mes observa sus manitas, se las lleva a la boca y las chupa, al quinto empiezan a estirar las manos para intentar tocar objetos o personas.
Pero el cambio que se percibe al sexto mes es muy importante en su desarrollo, porque puede agarrar con firmeza un objeto gracias a la coordinación y enfoque visual que se ha desarrollado durante los primeros meses.
“Ver que los niños van avanzando mensualmente es una forma de corroborar que todo va bien en su aprendizaje”, dice el pediatra.
