Mientras el bebé está durmiendo, se refuerza el sistema inmunológico, además se produce la hormona del crecimiento y se favorece el desarrollo neurológico, por esto es importante que esta etapa de descanso sea adecuada.
El sueño es un proceso fisiológico indispensable para que tengamos buena salud. Un ejemplo de ello es cuando un bebé se enferma y el médico le recomienda reposo, lo que indica que dormir tiene una función muy importante desde el punto de vista restaurador.
«Sabemos que el sistema inmunológico, aquel que nos ayuda a prevenir y combatir enfermedades adquiridas, se refuerza durante el sueño, entonces, es importantísimo para gozar de buena salud dormir de la mejor manera posible», señala el doctor Reyes Haro Valencia, presidente de la Sociedad Mexicana de Trastornos de sueño.
También durante el sueño se dan varias situaciones fisiológicas, como la producción de la hormona del crecimiento -entre otras hormonas- que alcanza su punto máximo durante este proceso, lo que favorece al desarrollo físico de un niño.
Al mismo tiempo, la etapa más profunda de sueño favorece el desarrollo neurológico por lo que los procesos mentales cognoscitivos y las funciones mentales superiores, son posibles gracias a la expresión correcta de esta fase.
¿Qué daños puede producir un trastorno del sueño?
Según explica Haro, además de alterar el sueño de los papás y del resto de la familia, si un niño duerme mal va a tener entonces mayor probabilidad de enfermarse, problemas de ejecución, conducta, aprendizaje, retardo en la expresión del lenguaje, la marcha y en otros momentos del desarrollo, como la edad escolar, donde se pueden presentar problemas de aprendizaje o de conducta.
El especialista afirma que los niños que poseen trastornos de sueño tienen una mayor probabilidad de contraer con más frecuencia las enfermedades más comunes de la infancia, esto debido a que su sistema inmunológico está disminuido a causa de sus problemas de sueño.
