El sueño cumple una función muy importante desde el punto de vista restaurador, ya que el sistema inmunológico se refuerza . Por esto, el dormir bien es de vital importancia para gozar de buena salud. Así lo sostuvo el Presidente de la Sociedad Mexicana de Trastornos de sueño.
Durante su exposición “Trastornos del sueño durante los tres primeros años de vida”, realizada en el Simposio de Pediatría organizado por la SOCHIPE (Sociedad Chilena de Pediatría) en Viña del Mar, el especialista del sueño, Dr. Reyes Haro Valencia, explicó los diferentes trastornos de sueño existentes en los bebés. Además, reveló estudios que demuestran los beneficios al tener un sueño más profundo y duradero, mejorando así el estado general de salud y desarrollo físico del recién nacido.
El neurofisiólogo sostuvo que “es muy importante procurar que a los bebés no se les prive de sueño, que no se desvelen, que duerman las horas adecuadas dependiendo de su edad y que duerman el tiempo suficiente, evitar que se expongan a información de contenido violento (noticieros, películas de terror). Todo esto junto con la rutina que son tres pasos básicamente: un ambiente tranquilo, el baño, el masaje y hablarle suavemente al bebé hará que duerma mejor”.
Ciclo de sueño del bebé
El Dr. Reyes Haro comentó que “al principio el ciclo de sueño del bebé consiste en dormir la mayor parte del tiempo con intervalos para alimentarse o asearse. Esta cantidad de sueño va disminuyendo a medida que el bebé va creciendo. Alrededor del tercer mes, el sueño comienza a manifestarse principalmente de noche y aún cuando todavía duerme mucho de día ya es menor, las siestas son menores en número y en duración”.
Luego de su nacimiento, el neonato duerme aproximadamente 20 horas tanto de noche como de día, esto va disminuyendo en duración. A los seis meses duerme aproximadamente 15 horas predominantemente en la noche con dos siestas largas. Éstas disminuyen a 13 horas el primer año de vida, a 12 horas en el segundo año y a 11 horas en edad preescolar.
En la edad escolar, el niño duerme aproximadamente 10 horas. Luego viene un rebote en la adolescencia donde puede dormir 10 u 11 horas debido a que el sueño produce la hormona del crecimiento y en la adolescencia se produce nuevamente un crecimiento muy marcado lo que hace que tenga una mayor necesidad de dormir.
Higiene de sueño
“Son varias las medidas de higiene de sueño. Una rutina previa al dormir tiene la intención de que el bebé identifique que así como hay un momento para expresar nuestro cariño, para convivir, para asearlo, para alimentarlo, hay un momento también para dormir. Entonces, una rutina previa al sueño ayuda a que se vayan identificando estos elementos y, con ello, relacione que ya viene el momento de dormir, aprende que viene ese momento”, aseguró el especialista.
Esta rutina para dormir, respaldada por un estudio científico, consiste en un baño, un masaje que ayuda a relajar al bebé y actividades tranquilizantes (como leer, abrazar o cantarle al niño). “Los resultados del estudio mostraron que una rutina para dormir durante la noche que incluyó un baño tibio utilizando un limpiador específico, un masaje utilizando una loción para bebés específica, seguidos de actividades tranquilizadoras (como leer o cantarle) resultó benéfica para mejorar varios aspectos en el sueño de los niños. Los niños durmieron más rápidamente y aumentaron su tiempo de sueño nocturno; redujeron la vigilia después del inicio del sueño e incrementaron un sueño consolidado”.