La pediatra Marcela Potin, explica en qué consiste el tratamiento y las posibles secuelas que puede generar la meningitis.
La meningitis bacteriana continúa estando entre uno de los problemas más grandes de la salud pública a nivel mundial, sobre todo en la infección por Neisseria meningitidis que afecta tanto a países desarrollados como subdesarrollados, los que presentan dichas infecciones de formas endémicas y epidémicas.
Debemos tener en cuenta que la meningitis es la inflamación de las membranas que recubren el cerebro, resaltando que son tres membranas que permiten amortiguar cualquier golpe que se puede producir sobre el cerebro.
En el cráneo circula un líquido que es esencial para el buen funcionamiento cerebral, además a través de este, circulan cierta cantidad de azúcar y proteínas; pero, de la misma manera que da paso a estos nutrientes también podrían transitar bacterias que pueden llegar a las meninges causando una obstrucción inflamatoria, trayendo como consecuencia presión en el cerebro.
La infección por meningococo tiene tratamiento con antibióticos, si son aplicados de manera inmediata, el pronóstico de su funcionamiento será mejor. Sin embargo, parte de la enfermedad y la gravedad de esta infección está implicada por la respuesta del sistema inmunológico, lo que produce:
- Inflamación.
- Cambios en la presión.
- Afecta los riñones.
- Requieren cuidados intensivos (según su gravedad).
“En general esta enfermedad tiene una sobre vía de un 80-90%, los niños que hacen meningitis, tienen secuelas alrededor de un 10 a 15%, algunas secuelas pueden ser auditivas, neurológicas o causar daños en la piel”, dice Marcela Potin.
La recuperación de esta enfermedad en la fase más aguda habitualmente son 10 días cuando el organismo responde bien al tratamiento, pero si existen complicaciones los procedimientos pueden durar meses o alrededor de 1 año.
Los pacientes que sufren esta infección deben acudir a los centros médicos, el manejo clínico de una persona que presente dicha condición debe ser tomado como un caso que amerita la atención necesaria y requiere pruebas y análisis que aprueben o descarten la aparición de bacterias en las meninges.