Es muy frecuente sobre todo en el caso de las madres primerizas sentirse con alguna pequeña dificultad a la hora de amamantar, pero solo se requiere de ciertas técnicas y prácticas, que en unos cuantos días te permitirán sentirte más cómoda y confiada con el proceso.
Antes de amamantar es importante brindarle al pequeño comodidad, cuando se habla de comodidad nos referimos desabrochar algunos botones de su prenda de vestir o de creerlo necesario desvestirlo en la parte superior, un buen amamantamiento depende de la complicidad y comodidad que exista entre la madre y el pequeño.
“Cuando consideres que ambos están cómodos puedes iniciar el ciclo de amamantamiento en la posición que resulte más agradable para el bebé y para ti, la posición que ha venido utilizando la mujer en los últimos años es la de “pelota”que consiste en colocar al bebé de forma que sus piernas y cuerpo queden debajo del brazo, sosteniendo la base de la cabeza y el cuello con la misma mano (como si estuvieras sosteniendo una pelota)”, explica la matrona Blanca Ossa.
¿Cómo puedo saber cuándo tiene hambre mi bebé?
Se sugiere amamantar cada vez que las madres intuyan que su bebé tiene hambre, el llanto es un indicador tardío del hambre, lo que quiere decir que la madre debe amamantar a su bebé antes de que esté hambriento como para sentirse alterado y difícil de controlar.
Signos que indican que un bebé tiene hambre:
- Mueven la cabeza de un lado a otro.
- Abren la boca constantemente.
- Sacan la lengua.
- Se meten las manos y los puños en la boca.
- Muestra el reflejo de búsqueda, cuando un bebé mueve la boca en la dirección de algo que está cerca de su cara.
El proceso de amamantamiento requiere de diferentes destrezas que con las atenciones necesarias se pueden detectar, inclínate por saber cuándo el bebé necesita alimentarse, si obligas al pequeño a succionar el pezón probablemente el ciclo del amamantamiento no se cumpla, así utilices la mejor posición, “conocer las necesidades del bebé es esencial”, dice la especialista.