La exterogestación es un concepto que hace referencia a la continuidad del proceso gestacional fuera del útero, donde se promueve el contacto cercano y prolongado entre el bebé y su cuidador para fomentar un vínculo afectivo fuerte y seguro.
Este enfoque reconoce la importancia de brindar al bebé un ambiente que reproduzca las sensaciones de protección, calidez y seguridad que experimentaba en el vientre materno.
En este artículo, exploraremos en detalle qué es la exterogestación y cómo llevar a cabo este proceso de forma efectiva para fortalecer el vínculo entre el bebé y el cuidador desde los primeros momentos de vida.
La importancia del contacto piel con piel
El contacto piel con piel es una parte fundamental de la exterogestación, ya que permite al bebé sentir el calor, el olor y el latido del corazón de su cuidador, lo que le brinda una sensación de seguridad y confort.
Este contacto cercano promueve la liberación de hormonas como la oxitocina, conocida como la hormona del amor, que fortalece el vínculo afectivo entre el bebé y el cuidador. Además, el contacto piel con piel ayuda a regular la temperatura corporal del bebé, estabilizar su ritmo cardíaco y promover la lactancia materna.
Uso de portabebés y fulares
Los portabebés y fulares son herramientas útiles para llevar a cabo la exterogestación de forma práctica y segura, permitiendo al bebé estar cerca del cuidador mientras se realizan actividades cotidianas.
Estos dispositivos imitan la sensación de estar en brazos, proporcionando al bebé un ambiente acogedor y estimulante.
Al utilizar portabebés y fulares, se fomenta el contacto constante entre el bebé y el cuidador, lo que contribuye al desarrollo emocional, cognitivo y físico del bebé de manera positiva.
Crear un ambiente cálido y seguro
Para llevar a cabo la exterogestación de forma efectiva, es importante crear un ambiente cálido, acogedor y seguro para el bebé.
Esto incluye mantener una temperatura adecuada en el entorno, evitar ruidos fuertes y brindar al bebé un espacio tranquilo para descansar y explorar. Un ambiente tranquilo y seguro favorece la relajación del bebé y promueve la liberación de hormonas que contribuyen al bienestar emocional y físico.
Prácticas de crianza respetuosa
La exterogestación se basa en principios de crianza respetuosa que buscan satisfacer las necesidades emocionales y físicas del bebé de manera sensible y empática.
Esto incluye responder prontamente a las señales de hambre, sueño, incomodidad o malestar del bebé, brindar consuelo y apoyo emocional, y establecer rutinas que promuevan la seguridad y previsibilidad para el bebé.
Las prácticas de crianza respetuosa fomentan una relación de apego seguro entre el bebé y el cuidador, lo que sienta las bases para un desarrollo emocional saludable a lo largo de la infancia.
Beneficios a largo plazo de la exterogestación
La exterogestación no solo fortalece el vínculo entre el bebé y el cuidador en los primeros meses de vida, sino que también puede tener beneficios a largo plazo en el desarrollo emocional, cognitivo y social del niño. Los bebés que experimentan una exterogestación positiva suelen mostrar mayor seguridad emocional, autoestima y habilidades sociales a lo largo de su infancia.
Además, el contacto cercano y el apego seguro promovidos durante la exterogestación pueden contribuir a una mayor autoconfianza, resiliencia emocional y capacidad de establecer relaciones sanas en la vida adulta.