Es muy importante cambiar el pañal cuantas veces sea necesario, así se puede evitar la irritación y sarpullidos que producen en la delicada piel del recién nacido.
Mudar al bebé es una tarea que suele resultar incómoda tanto para la madre como para el pequeño. Es normal que durante los primeros días después de nacido necesite que lo cambien cada una hora cuando está despierto. Para saber si es necesario mudarlo o no, de poco sirve usar el criterio de la humedad, ya que los pañales desechables son tan absorbentes, que sólo se nota si están mojados cuando están saturados.
Para que la tarea de mudar a tú recién nacido sea más fácil, sigue estos consejos:
- Antes de mudarlo, debes tener a mano todo lo que vas a necesitar: un pañal limpio, motas de algodón, agua tibia, toalla, ropa por si el pañal se ha pasado y ungüento para la irritación; lociones y polvos no son necesarios.
- Antes de comenzar, debes lavar y secarte bien las manos.
- Tener un juguete para entretener al bebé, también lo puedes distraer con un juego que consista en acariciarlo.
- Extiende una tela o algo que proteja la superficie donde lo vas a mudar.
- Si usas pañales de tela, probablemente ya los tienes doblados, pero puede ser que los tengas que doblar más porque tu hijo es muy pequeñito aún. La tela extra debe quedar por delante en los niños y por detrás en las niñas. Para evitar pinchar al bebé con los alfileres, mete los dedos bajo los pliegues del pañal al insertarlos.
- Los pañales y pantalones protectores deben quedar bien ajustados, para evitar que algo se escape.
- Para evitar que se moje la camiseta y la ropa de los varones, le debes poner el pene hacia abajo cuando le pongas el pañal. En caso de que todavía tenga el cordón umbilical, dobla el pañal hacia abajo para exponer el área sensible al aire y evitar que se moje.
- Debes botar los pañales desechables en el balde de la basura.
- Debes cambiar la ropa del recién nacido y de su cama según sea necesario.
- Lava tus manos con agua y jabón cada vez que puedas.