Aunque existen muchos mitos sobre la concepción tras el uso de métodos anticonceptivos, pocos son reales. En Facemamá le entregamos algunos valiosos consejos para aumentar sus posibilidades de tener un bebé.
Como interrumpir mi tratamiento de Anticoncepción:
Si Ud. esta tomando pastillas anticonceptivas lo mejor es dejar de tomarlas durante tres meses antes, para lograr estabilizar su periodo de menstruación, aunque en muchos casos esa abstinencia es imposible, se recomienda usar métodos de barrera directa como son los preservativos o el diafragma, de lo contrario es probable que se produzca la concepción al momento de dejar las pastillas anticonceptivas ya que éstas, en el momento que se dejan de tomar, dejan de hacer su efecto. Es un mito pensar, que las pastillas tienen un efecto prolongado no importa la cantidad de años que las haya ingerido el efecto se acaba de inmediato, incluso días.
Para el dispositivo intrauterino (DIU) al igual que las píldoras se recomienda esperar tres meses antes de intentar concebir o dejar alo menos pasar un periodo menstrual para lo cual se recomienda utilizar un método de barrera directa como son los preservativos.
Si por el contrario ud. utiliza métodos naturales como el billings o el calendario, solo basta con relajarse y desear ese añorado hijo, recuerde que si estamos muy pendientes de concebir, puede causar el efecto contrario, se recomienda darse un baño caliente, disfrutar una buena película amorosa y entregarse a los placeres del amor, como lo haría regularmente sin ninguna presión.
Para aumentar la posibilidad de concebir le damos algunos valiosos consejos: Trate de tener relaciones durante los periodos más fértiles es cuando esta ovulando es decir cuando su ovario ha liberado un óvulo, esto sucede casi siempre a los 14 días a partir del primer día del último periodo menstrual, si usted, es irregular es posible practicar prueba de ovulación con la orina.
La gran mayoría de parejas que sostienen relaciones sexuales sin protección conciben dentro de los nueve meses a 18 meses, sin embargo hay un 10 % que presenta alguna dificultad si Ud. es de esas parejas que cae en este grupo se recomienda visitar a un médico especialista en fertilidad. El periodo fértil, como lo mencionamos antes, sucede alrededor de los 14 días a partir del último periodo menstrual, además se evidencia por la textura del moco cervical, que se vuelve muy claro, suave y viscoso , lo que ayuda a los espermatozoides a viajar por el cuello uterino, la ovulación se produce después de 24 horas que este líquido se ha hecho abundante por lo tanto se recomienda evitar tener relaciones dos días antes del periodo fértil para así tener la mayor cantidad de espermatozoides vivos.
Otro dato importante es la posición óptima para concebir, se dice que la posición del misionero (el hombre arriba) ayudaría siempre que la mujer se quede acostada durante media hora después de la relación. También, pero sin base científica, es una vez que termina la relación, la mujer realiza la posición invertida, para ayudar a los espermatozoides a llegar en óptimas condiciones al óvulo, recuerde que no hay recetas preestablecidas para la concepción de un hijo y que lo más importante será el amor con que será concebido y la responsabilidad de tratar de esperarlo lo más relajada y en paz posible, ya que todo lo que nosotros realicemos posterior a la concepción, va directamente al bebé, es por esta razón, que se recomienda disminuir la ingesta de cafeína, ya que puede interferir en la capacidad del embrión para implantarse en el útero.
Concebir un bebé
El milagro del nacimiento comienza cuando uno de los espermatozoides del padre se fusiona con un óvulo de la madre para formar una célula. Esta contiene su propio plano genético, una mezcla de material genético de ambos. La célula se divide hasta que se crea un nuevo ser humano. La mayoría de parejas fértiles logran concebir dentro de los dos primeros años de intentarlo.
Todas las existencias de óvulos de la mujer se forman en los dos ovarios antes de su nacimiento. A los cinco meses de desarrollo, los ovarios de un feto de niña contienen unos siete millones de óvulos. Muchos de estos óvulos morirán antes que nazca, y al nacer tendrá unos dos millones de óvulos. Los óvulos siguen muriendo hasta la pubertad, cuando las mujeres suelen tener entre 200.000 y 500.000 óvulos. De estos, sólo 400 ó 500 madurarán, y son liberados por los ovarios durante los años fértiles de una mujer al ritmo de uno al mes normalmente.
Los ovarios están situados en la pelvis, cerca de las terminaciones en forma de trompetilla de las trompas de Falopio. Las células embrionarias, que se convertirán en los óvulos de la mujer, se forman en el saco vitelino que mantiene al embrión en las primeras semanas de desarrollo. Si el embrión es masculino, estas células son reabsorbidas a medida que se desarrolla la placenta. Si el embrión es femenino, unas cien células embrionarias se trasladan desde el saco vitelino, a lo largo del tejido umbilical, hasta el diminuto embrión femenino. Una vez dentro del embrión, las células emigran a los tejidos que más tarde se desarrollarán en ovarios y allí empiezan a multiplicarse.
El ciclo ovárico
En la vida reproductora, los ovarios liberan óvulos en ciclos. Cada uno de los ciclos ováricos dura unos 28 días y el desarrollo y la liberación de un óvulo preparado para la fecundación por un espermatozoide se llama ovulación. Los ovarios ovulan de forma alternada. En la primera mitad de cada ciclo ovárico, unos 20 óvulos empiezan a madurar, y ocupan los saos llenos de líquido (folículos). Uno de estos folículos crece más que los demás, madura y se rompe, liberando así el óvulo que contiene. Eso sucede unos 14 días antes del final del ciclo, al margen de lo que esto dure. Los demás folículos que habían empezado a madurar se secan y sus óvulos mueren.
El folículo roto se transforma en una estructura de color amarillo denominada corpus luteum. Crece durante unos días y produce la progesterona, esencial para el desarrollo de un embrión. Si el óvulo no es fecundado, el folículo se marchita. Empieza un nuevo ciclo cuando el recubrimiento del útero se desprende al principio del siguiente periodo de la mujer.
El papel del hombre para concebir un bebé
El esperma, la contribución del hombre a la concepción de su hijo, se produce en los testículos. Un hombre empieza a producir espermatozoides en la pubertad bajo la influencia de la testosterona de los testículos, y de la Hormona Luteinizante (HL) y la Hormona Estimuladora del Folículo (HEF) de la glándula pituitaria. Estas dos hormonas actúan en los testículos, así como en los ovarios. Los hombres siguen fabricando esperma durante toda su vida fértil y, aunque la cantidad y la calidad del esperma producido disminuye a partir de los 40 años, hay hombres de 90 años que han sido padres. La producción de espermatozoides aumenta en momentos de actividad sexual, pero si la eyaculación es muy frecuente, el número de espermatozoides disminuye, y la fertilidad del hombre también.
Cada espermatozoide tiene una longitud aproximada de una vigésima parte de milímetro, por lo que no puede verse a simple vista. Tiene forma de renacuajo y una cola fuerte, cinco a seis veces más larga que su cabeza, que utiliza para propulsarse. La cola está unida a la cabeza por una sección media corta o cuerpo. Este contiene componenetes celulares especiales llamados mitocondrios, que son su aparato productor de energía. La cabeza del espermatozoide es oscura porque contiene mucho material genético.
El espermatozoide recién formado pasa al epidídimo, situado en la parte posterior de cada testículo, lugar donde madura. Desde el epidídimo el espermatozoide viaja hasta un tuvo llamado vaso deferente, que lleva a la vesícula seminal, una pequeña estructura en forma de saco cerca de la vejiga. Cuando un hombre eyacula, el fluido seminal (semen) se descarga del pene a través de la uretra. El semen está formado por esperma, mezclado con fluido producido por la vesícula seminal y otros secretados por la próstata y otras glándulas.
Los hombres eyaculan aproximadamente tres milímetros y medio de esperma cuando hacen el amor, pero la cantidad oscila entre los dos y los seis milímetros. Cada milímetro contiene entre 60 y 150 millones de espermatozoides, de los que casi una cuarta parte son anormales. Sólo unos tres cuartos tiene motilidad, lo que quiere decir que están capacitados para avanzar de forma independiente.
Aunque pueden moverse dos o tres milímetros por minuto, su velocidad varía con la acidez del entorno: a más acidez, más lento es el movimiento. Las secreciones vaginales son ligeramente ácidas, por lo que el esperma eyaculado en la vagina probablemente se mueva despacio hasta que llegue a un entorno más alcalino en la cavidad uterina. Cuando ha superado esta acidez hostil, se enfrenta a un viaje más largo y más peligroso antes de llegar al óvulo: las trompas de Falopio. De unos 300 millones de espermatozoides, sólo unos cientos alcanzarán el óvulo. El resto resbalará fuera de la vagina, o será destruido por la acidez vaginal. Otros serán destruidos por las células limpiadoras que hay en el útero, entrarán en una trompa de Falopio equivocada, o en la correcta pero no encontrarán el óvulo.
El sexo de su hijo depende de si el espermatozoide fecundado es un cromosoma X (femenino) o un cromosoma Y (masculino). El óvulo de la mujer siempre contiene un cromosoma X (femenino).
Los espermatozoides X e Y tiene diferentes propiedades. El X es más grande, más lento y tiene una vida más larga que el espermatozoide Y. El espermatozoide X también parece aprovechar la ligera acidez que encuentra en la vagina.
Algunas teorías afirman que pueden aumentarse las posibilidades de tener un hijo o una hija según cuándo y cuán a menudo se hace el amor. Existen pocas pruebas científicas que lo avalen, pero puede intentarlo si realmente desea elegir el sexo de su hijo.
Para tener una niña, haga el amor dos o tres días antes de la ovulación porque sólo el espermatozoide femenino sobrevive tanto tiempo. Para tener un niño, haga el amor el día de la ovulación o justo después, porque el espermatozoide masculino es más rápido y llegará al óvulo antes que el femenino.