Estudios realizados plantean que si un recién nacido no recibe un cuidado temprano de calidad en un ambiente adecuado podría generar un trastorno del vínculo, que se puede traducir en futuras patologías, como trastornos de personalidad hasta enfermedades crónicas. Hernán Villalón, neonatólogo explica sobre la corresponsabilidad en la crianza.
La ley de protección a la maternidad
La ley de protección a la maternidad conocida como ley del postnatal; propone, entre otros beneficios, velar por la presencia de los padres el mayor tiempo pisible, durante los primeros 6 meses de vida.
La presencia constante de los padres en la vida de los niños, durante sus primeros meses de vida inciden de forma directa en el desarrollo y cuidado del niño. Se ha puesto en una falsa disyuntiva el interés superior del niño y la niña en términos de su cuidado, con el derecho de las mujeres a acceder, participar y desarrollarse en el ámbito laboral.
Después del nacimiento
Una vez que el recién nacido sale del ambiente intrauterino, donde está protegido, debe incorporarse a un medio que le dé condiciones de crecimiento, desarrollo y protección adecuados, algo que logrará a través del apego y el vínculo.
“Los primeros meses el medio generará al niño las condiciones para que vaya desarrollando gradualmente niveles de autonomía y de crecimiento sano”, explica el dr. Hernán Villalón, neonatólogo. De esta manera, el concepto de corresponsabilidad, que se refiere a la presencia de ambos padres (modelos femenino y masculino), adquiere sentido.
¿Qué sucede cuando no existe un modelo paterno?
“Cuando no existen estos modelos paternos o maternos, puede generarse un trastorno del vínculo que se manifieste en diversas patologías: desde trastornos de personalidad y socialización hasta enfermedades crónicas”, comenta el dr. Villalón.
Las cifras arrojadas por la encuesta Voz de Mujer (2010, ComunidadMujer) ratifican la relevancia que este aspecto tiene para las familias: el 92,1% de las mujeres entrevistadas (87,9 % del primer quintil de ingresos y 93,8% del quinto quintil) cree que la dedicación del padre o la madre es igualmente importante, tanto para el desarrollo del aprendizaje como de los afectos de los hijos. Esto refleja una noción más amplia de parentalidad que no se reduce sólo a al valor del cuidado exclusivo de mujeres.
Para Verónica Gubbins, investigadora de ComunidadMujer, “Es necesario distinguir entre protección social de la infancia con la protección de la maternidad, tal como es concebida hoy día. Debemos superar la visión que reduce la maternidad a la mujer, por otra donde esa noción es susceptible de ser desempeñada y enriquecida por otros adultos responsables del cuidado de los niños, como es el caso del padre”.
Sin embargo, lo anterior no parece encontrar condiciones para materializarse. La realidad muestra que en la mayor parte de los hogares chilenos las mujeres destinan más tiempo que los hombres a los que haceres del hogar y al cuidado de la familia. Esto es así incluso para aquellas que se encuentran insertas en el mercado laboral. Por ejemplo, un 84,5% de las mujeres que trabajan declaran ser quienes se ocupan de llevar a sus hijos al doctor cuando lo requieren.