En Chile existe la ley postnatal, que resguarda los derechos que le da la maternidad a la mujer trabajadora, en un periodo que va desde el inicio de la concepción hasta que el niño cumpla un año y 84 días de edad.
Pero hay ciertos casos en donde los beneficios se ven afectados, acortando el tiempo del postnatal o determinando las acciones del empleador con su trabajadora.
Descanso postnatal y la interrupción del embarazo
Para que se fundamente la licencia postnatal, debe darse el parto sin que se exija que el bebé nazca vivo, o que siga vivo durante el transcurso del descanso maternal. Entonces, hasta con el parto prematuro se le concedería el postnatal a la trabajadora.
Sin embargo, se presentan circunstancias que cambian este proceder, como en la situación de la interrupción del embarazo o aborto; hecho que resta a la madre el beneficio del descanso postnatal.
Licencia médica
No obstante, esto no le niega a la trabajadora que se le de una licencia médica normal por el tiempo que lo requiera para su recuperación, o para que goce el derecho al permiso que le da el artículo 66 del Código del Trabajo; este consentimiento le otorga a la madre que tiene el fallecimiento del hijo en su embarazo, tres días hábiles de permiso inmediato a partir del momento en que se confirme con el respectivo certificado de defunción fetal, la muerte del bebé.
Postnatal con la usencia del hijo
Por el contrario, si la madre sufre el fallecimiento de su hijo recién nacido o si su bebé nace muerto, la trabajadora, aun así, puede hacer valer su beneficio del descanso maternal.
Por lo tanto, se cumple el artículo 195 del Código del Trabajo, que contempla que sólo por el hecho de que se efectuara el nacimiento, omitiendo asimismo, la circunstancia en la que la madre trabajadora experimenta la muerte del hijo recién nacido, o el nacimiento sin vida del mismo, ella puede favorecerse de la ley postnatal.
En diversas situaciones que puedan darse durante el embarazo o luego del parto, esta ley que protege los derechos maternales, es de gran ayuda en los momentos difíciles que atraviesa la trabajadora, quien además necesita el comportamiento adecuado por parte de su empleador.