Durante el puerperio o cuarentena es normal continuar con cambios que pueden llegar a ser un tanto incómodos, como los loquios (sangrado luego del parto). Facemamá investigó para aclarar tus dudas al respecto.
Los loquios uterinos son secreciones vaginales que contienen sangre, moco cervical y restos de placenta. Se producen porque después de cualquier tipo de parto, ya sea cesárea o parto normal, el útero comienza a volver a su tamaño natural y necesita eliminar los restos del embarazo.
La duración habitual de los loquios es entre cuarenta a cuarenta y cinco días, es decir, en la etapa llamada puerperio o cuarentena, aunque en ocasiones puede durar algunas semanas más debido al tiempo en que las hormonas de cada una tarden en volver a la normalidad. Es importante que si supera este tiempo le digas a tu médico porque puede existir algún tipo de complicación que puedes distinguir por los síntomas detallados al final.
Se caracterizan por ser de un color rojo oscuro y no te asustes si es muy abundante o si tiene coágulos. No existe una cantidad determinada de loquios que debes eliminar o un tiempo de duración único, todo va a depender de cada mujer. Es normal, así como también es frecuente que en algunas mujeres se presente
Un buen consejo es orinar en las primeras cuatro horas tras el parto porque esto ayuda al útero a recuperar su tamaño natural y así disminuir la cantidad de sangrado.
Antes de salir del hospital se realizan exámenes de sangre para revisar que no exista anemia, en los casos donde el flujo sea demasiado abundante.
Tipos de Loquios
Los loquios se clasifican según el color y el momento de aparición, ya sea en el puerperio inmediato, mediato y tardío. Los loquios pueden ser de tres tipos respectivamente:
Loquios Rojos o rubra:
aparecen los primeros días tras el nacimiento (puerperio inmediato), entre dos y tres días después. Son de un tono de rojo similar a la menstruación y contienen material como células epiteliales, leucocitos y en ocasiones inclusive lanugo.
Loquios Serosos:
se presentan entre los días tres y diez tras el parto (puerperio mediato), tienen un color sonrosado, sanguinolento. Contienen diversos elementos y residuos como eritrocitos y leucocitos; además del exudado seroso.
Loquios blancos:
amarillentos o alba: Corresponden a aquellos que se presentan entre la segunda semana y la cuarta semana tras el parto (puerperio tardío). Están compuestos principalmente por leucocitos.
Durante los primeros diez días desde el nacimiento, el color de los loquios se aclarará paulatinamente, desde un rojo fuerte a un marrón hasta llegar a un tono amarillento o blanquecino. La cantidad disminuirá hasta desaparecer casi por completo alrededor del mes después del nacimiento, entre la tercera y cuarta semana luego del parto. Sin embargo, es normal que la duración de los loquios se extienda inclusive más allá del puerperio y del destete, debido a una hiperinvolución del óvulo.
Si estás amamantando, es normal que sangres más tras alimentar al bebé, ya que el útero se contrae y elimina una mayor cantidad de flujo. Sin embargo, existe la posibilidad de que la secreción desaparezca antes si amamantas al bebé.
Aunque es recomendable caminar y realizarse masajes después del parto, para ayudar al útero a volver a su tamaño, no debes olvidar respetar los tiempos de descanso porque, en caso de no hacerlo, el sangrado también aumentará.
¿Qué cuidados se debe tener durante los loquios?
Al realizar la maleta para ir a tener al bebé, debes llevar toallas higiénicas ultra absorbentes o apósitos –existen algunas especiales para embarazadas- o, si te resulta más cómodo, pañales para adultos, porque es normal que antes de salir de la clínica u hospital el flujo sea muy intenso. Por esto mismo, la ropa interior que lleves debe ser lo más cómoda posible para mantener las toallas y evitar pérdidas. Pueden ser pantaletas o también, si te sientes bien, ropa íntima desechable ya que es usual que existan pérdidas de flujo.
La frecuencia con que deberás cambiar la toalla dependerá del flujo que tengas, puede ser cada dos o tres horas los primeros días, pero a medida que avancen las semanas y disminuya el sangrado, podrás cambiar la toalla cada mayor tiempo. Lo más importante es que te sientas fresca y limpia.
Respecto a los baños durante este período, puedes ducharte diariamente, aunque trata de evitar las piscinas y las bañeras porque aún está abierta la matriz y se puede provocar algún tipo de infección. También debes tener cuidado con el jabón y shampoo, principalmente por la cicatrización de las heridas que puedas tener tras el parto, y es aconsejable que al menos durante la primera semana los uses con cuidado.
Es probable que en la cuarta semana tras el nacimiento del bebé ya no estés usando las toallas higiénicas o pañales de un comienzo y que, debido a la disminución del flujo, utilices sólo protectores.
Cuidados en caso de…
Debes estar atenta porque si durante esta etapa presentas alguno de los siguientes signos es necesario visitar al doctor antes de las seis semanas usuales, ya que esto indicaría loquios anormales o con la existencia de algún tipo de infección:
- Mantención del color rojo por un tiempo superior a las dos semanas desde el parto.
- Presencia de dolor excesivo en el vientre, sobre todo en la parte baja.
- Ausencia de loquios en las dos semanas siguientes al parto.
- Mal olor de los loquios.
- Si después del día 45 presentas una hemorragia abundante. En estos casos puede tratarse también de tu primera menstruación tras el parto, pero es preferible consultar a tu ginecólogo.