La etapa del postparto requiere un gran esfuerzo y paciencia por parte de la madre y de la pareja, ya que durante este proceso la madre puede estar preocupada por las nuevas sensaciones o molestias que sufre el cuerpo. Si es tu situación no te preocupes, eso no durará por mucho tiempo. Te explicamos las posibles molestias que sentirás durante la recuperación postparto.
Tal vez te sorprenda que después del parto, en vez de sentirte bien y disfrutar todo lo que quieras a tu bebé, sientes molestias o dolencias. Esto es normal y suele durar entre 1 y 2 semanas. Que te hayan dado el alta no significa que te hayas recuperado al 100%.
Durante estas semanas puedes sentir:
- Cansancio intenso. No olvides que el trabajo de parto es una experiencia muy dura y requiere tiempo para la recuperación. Además, adaptarte a los horarios de tu bebé y a horas de sueño interrumpidas puede agravar el agotamiento.
- Sangrado. Alrededor de un mes y medio experimentarás hemorragias vaginales de color rojo o marrón, por lo que tendrás que usar toallas higiénicas. No uses tampones.
- Moretones en tu rostro. Debido al esfuerzo del trabajo de parto y la fuerza con la que pujaste, pueden quedar algunas marcas en las mejillas, las que desaparecerán al día siguiente.
- Los puntos. Puedes sentir mucho dolor debido a las incisiones del parto. Para calmarlos, hay analgésicos que puede darte el médico que no dañen a tu bebé.
- Malestares debido a las cicatrices. Éstas pueden deberse a una episiotomía o a la cesárea:
Molestias por episiotomía: la cicatriz es molesta cuando se roza al caminar o al poner una pierna sobre la otra al sentarte. Remite en unos 10 días. Debes cambiar los apósitos cada 4 horas, y lavarte de 3 a 4 veces al día para evitar infecciones. También es bueno aplicar frío en el área adolorida. Existen unos cojines especiales con un orificio central para evitar presionar esa zona.
Molestias por cesárea: más que dolor, lo que se siente es molestia con el pasar de los días. Al ser una herida profunda, puede que sientas un dolor interno. Durante los primeros 3 meses puedes notar una pérdida de sensibilidad en el área de la cicatriz. Si ves que ésta se pone roja o bota sangre o líquido, acude al ginecólogo, el que te examinará para ver si hay alguna infección. También podría tratarse de un seroma, el cual se caracteriza por la acumulación de líquido seroso, y es bastante frecuente (un 5% de las mujeres que ha tenido cesárea lo presentan).