Como en el caso de cualquier otra operación, la mujer después de una cesárea necesitará de un tiempo para sanar y recuperarse. Esforzarte demasiado tras una cesárea puede causarte complicaciones y lentificar el proceso de sanación, así que permanece del lado seguro y regresa a tu rutina previa de ejercicios con lentitud y paciencia.
Comenzando con ejercicios leves
Poco tiempo después de la cesárea, ya comenzarás a hacer algunos ejercicios leves, incluso en la cama: mover los dedos de tus pies, girar las piernas suavemente, todo a medida que el efecto de la anestesia vaya desapareciendo.
También puedes hacer algunos ejercicios de respiración y contraer el abdomen. Estos son muy recomendables para favorecer la circulación sanguínea y evitar la presencia de coágulos.
Necesitarás ayuda de las enfermeras o de tu familia cuando quieras pararte de la cama por primera vez tras la cesárea. El movimiento debe ser gradual: primero sentándote y al cabo de unos minutos, dando un par de pasos.
Probablemente te duela caminar. Con el paso de los días, podrás avanzar más fácilmente y cuando te den de alta podrás pasear a tu bebé sin problemas.
Para recuperar el tono abdominal, es decir, para que tus músculos vuelvan a su forma original, es necesario hacer algunos ejercicios postparto. Estos los podrás realizar cuando estés preparada.
Antes de esto, debes asegurarte de que te hayan sacado los puntos de la cirugía. Recuerda que antes de hacer cualquier actividad física, debes consultar con tu ginecólogo. Para recuperar el suelo pélvico, puedes realizar los ejercicios de Kegel.
Progresivamente, podrás comenzar con rutinas de ejercicios adecuados, como por ejemplo, caminatas, natación, trote o bicicleta. La idea es que puedas retomar los ejercicios de antes, pero sin presionarte ni forzar a tu cuerpo.
Es importante que te motives. Piensa que estar en forma te permitirá disfrutar de muchas actividades físicas que te reportarán una sensación de bienestar y te será más fácil jugar con tu bebé.