«Blues del Puerperio»: el llanto post parto

Blues del puerperio

Existe una fantasía instalada en torno al periodo posterior al nacimiento del bebé como si todo fuese miel sobre hojuelas para la madre. Sin embargo la marejada de emociones pasa la cuenta en el puerperio, de manera mucho más habitual de lo que se cree

Experta: Nicol Mendoza-Yáñez, Psicóloga Clínica

Si bien, la espera a la llegada del hijo suele ser un proceso lleno de ilusión para las mujeres que, sobre todo, lo había soñado así. Es real que, al verse enfrentadas con su nuevo rol una vez nacido su bebé las emociones comienzan una danza en espiral que, no pocas veces, llevan a experimentar sensaciones que ni las mismas madres comprenden.

La expectación en torno a la llegada de un bebé es muy alta. Los cambios físicos, en la medida que el embarazo avanza, nos van haciendo entrar más en conciencia sobre este nuevo evento en nuestra vida.

Habitualmente, los niños que han sido esperados por sus padre y madres, existen desde antes siquiera de estar en el vientre materno. Los padres y madres suelen imaginarse cómo va a ser, qué cosas le irán a gustar, a quién se va a parecer. Son parte de las fantasías e ilusiones que se tejen de esta nueva personita.

Sin embargo, a medida que se acerca la hora de su llegada el nerviosismo aumenta. Sobre todo para quien ha vivido el proceso “en carne propia”, es decir, la madre. Suelen ponerse más ansiosa, comienzan a rondar temores y fantasmas asociados (generalmente, por un asunto cultural) a situaciones que la complican: cuánto va a doler, que el bebé nazca sano, que el trabajo de parto no sea tan terrible. Una serie de mitos que acrecientan esta ansiedad.

Finalmente el bebé llega

Y aún cuando todo el evento ha transcurrido con normalidad, la mujer-madre recibe un torrente de emociones que suele “descolocarla”. Alegría, temor, melancolía. Acompañada de un cuerpo que se retrae y busca un retorno al estado anterior.
Pareciera que nos han puesto unos lentes y ahora se ve todo distinto. Lo que, como cualquier cambio vital significativo, intimida.

Es por esto que, en muchos casos, inmediatamente después del parto aparecen episodios de llantos que “no se sabe muy bien por qué se tienen”. Cambios de humor repentinos y tendencia a la irritabilidad. Todo esto como parte normal del proceso de “recuperación post parto”, nada que debiera resultar ni ser evaluado como patológico.

Hay quienes lo experimentan con mayor intensidad, otras madres a quienes no les ocurre. Y todo debe observarse en contexto. Es importante que las mismas mujeres-madres sepan que no se trata de una Depresión Postparto (DPP), pues esta se pesquisa alrededor de la 4ta semana de vida extrauterina del/la bebé y presenta, además, otros síntomas (sentimientos de culpa, incapacidad de maternar, malestar patológico en torno al cuerpo, etc).

El “Blues del Puerperio”, como se ha definido, es pasajero. Y se corresponde al evento desencadenado con el nacimiento del bebé. “Estar llorona” no las imposibilita. Y es relevante que el entorno cercano esté presente y a disposición. Más que dando consejos, estando disponible para lo que esa mujer-madre considere necesario para ella y su bebé en ese momento.

 

 


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