Mientras estés en el hospital, el médico pasará a verte cada día para controlar tu herida y comprobar que esté cicatrizando bien. Es normal que al principio la cicatriz esté un tanto levantada, hinchada o de una coloración oscura.
Como toda herida luego de una operación, es muy normal que te duela al moverte, estornudar o ejercer alguna presión en el área. Puedes hacer uso de un cojín para aliviar el dolor con los movimientos bruscos.
Lo que harán en el Centro de Salud
La enfermera monitoreará cada pocas horas tus signos vitales, la firmeza de tu útero y signos de hemorragia vaginal. También te indicará cómo toser o respirar de manera que expandas tus pulmones y los limpies de cualquier líquido acumulado que pueda causarte neumonía (esto se hace sobre todo si has usado anestesia general).
Luego de unas 12 horas, te quitarán la sonda intravenosa y urinaria. Dependiendo de tu herida, te autorizarán para tomar líquidos y comer una dieta blanda.
Durante los primeros días puedes sentirte hinchada o con gases, ya que los intestinos están flojos tras la cirugía.
Para que tu sistema digestivo retome su ritmo, te hará bien levantarte y dar unas vueltas, siempre que esté la enfermera presente. También pueden recetarte algunos medicamentos que contenga simeticona, la que ayuda a que las burbujas de gases se junten con más facilidad, para expulsarlas rápidamente. Al principio, puede que caminar te sea difícil pero es importante para la circulación sanguínea.
Es necesario que orines con frecuencia, ya que si la vejiga está llena, el útero no puede mantenerse contraído y presiona la herida.
¿Después del alta?
Al tercer o cuarto día te quitarán los puntos, justo antes de darte de alta. Si bien en algunos casos, se remueven después, en las situaciones en que la mamá es dada de alta al segundo día después del parto o requiere más tiempo para cicatrizar.
Finalmente, antes de irte del hospital, te administrarán vacunas que no te hayas puesto antes.
Si ya empezaste a amamantar en el hospital, has comenzado uno de los rituales más especiales que una mamá tiene con su pequeño. Sin embargo, a pesar de ser una manera de apegarte al bebé aún más, es posible que te sea muy doloroso al principio, debido al dolor causado por la incisión que está cicatrizando.
Si existe consultora de lactancia donde has dado a luz, puedes solicitar ayuda para saber cuál es la posición más confortable para ti y para tu bebé. Así, podrás evitar que tus pezones se agrieten. También puedes preguntarle a una enfermera o a tu ginecóloga.