Surge cuando el bebé nace dentro de la bolsa o saco amniótico intacto y aunque son excepciones extremadamente raras, a veces pasa. A los niños que nacen de esta forma se les dice que nacieron: enmantillados, con manto, velo o toquilla y es un acontecimiento sumamente extraordinario.
El saco amniótico es una membrana fina con líquido que rodea al bebé durante la gestación y su función es protegerlo de lesiones, golpes o la presión que hacen los órganos internos de la mamá.
Además le permite al bebé desplazarse por el útero lo que hace que se desarrolle efectivamente su musculoesquelético e impide que lleguen a él gérmenes o microorganismos que puedan ser causantes de infecciones.
Qué es un parto velado
Lo normal es que la membrana se rompa, esta es una señal indolora que da paso al trabajo de parto, sin embargo existen mujeres que no rompen bolsa o fuente, sino hasta horas después que el parto haya iniciado.
Pero tenemos estos extraños casos donde el saco no se rasga con la acción de las contracciones, así que el bebé logra nacer envuelto en su bolsa amniótica intacta, tal como permaneció dentro del útero materno durante todo el embarazo.
Es sin duda, un acto anecdótico para los especialistas a quienes les ha tocado experimentar un parto velado, mismos que explican que esto no tiene ninguna influencia en la salud del bebé. Aunque muchas personas han indicado que nacer así protege al recién nacido y mejora su desarrollo, no existe ningún estudio que avale dicha afirmación.
Procedimiento del parto velado
- Recibir al bebé.
- Romper la bolsa inmediatamente.
- Pasar al medio gaseoso y abandonar el líquido.
- El bebé iniciará sus primeras respiraciones.
- Los médicos se cerciorarán que el niño expulse todo el líquido amniótico que quede en su sistema respiratorio.
Este tipo de parto está rodeado de múltiples leyendas, pero no existe ningún rigor científico que avale o compruebe estas historias.
