Una manera de facilitar el parto es la elección de una postura para dar a luz, que le sea ideal a la madre.
En varios hospitales se permite que la madre determine en qué posición dará a luz. Para que conozcas los pros y contras de estas posturas, te recomendamos seguir leyendo.
Posturas horizontales
Tener al bebé acostada es la forma más frecuente, ya que favorece la labor del profesional y disminuye el sangrado. Lo que no es tan bueno es que el trabajo de la mujer se reduce y no favorece la salida del bebé porque va contra la gravedad. Esta posición estrecha la abertura pélvica y presiona los vasos sanguíneos, por lo que no llega suficiente oxígeno al bebé.
Otra opción es acostarse sobre un costado. Así, no se presionan los vasos sanguíneos y el flujo sanguíneo no se ve alterado. Es una posición más cómoda para la madre y disminuye la necesidad de una episiotomía.
Posturas verticales
Con éstas, se favorece la salida natural del bebé por efecto de la gravedad. Algunas madres dan a luz de pie con la espalda apoyada en una pared o lo hacen en cuclillas o semi sentadas.
Si se aplica anestesia epidural, puede resultar difícil un parto vertical, ya que se pierde sensibilidad en las piernas. Para solucionar esto, existe una anestesia llamada ‘walking epidural’, que no paraliza las extremidades inferiores. Con esta posición la expulsión del bebé por el canal de parto es más fácil y no se requiere tanto esfuerzo al pujar.
Postura sentada
Se puede dar a luz sentada o con una silla de parto. Esta opción es cómoda y también se ve favorecida por la gravedad. Otra ventaja es que facilita el monitoreo del bebé. Los contras están relacionados con un aumento de hemorragias en la madre por esta posición.
Postura de cuadrupedia
Algunas mujeres dan a luz en esta posición, “a cuatro patas”. Esta postura es la mejor si se sufre de dolores de espalda o hemorroides. Asimismo, favorece la rotación del bebé y la salida es más suave, siendo menor el número de desgarros en la zona vaginal.