El parto psicoprofiláctico es por vía vaginal, sin anestesia donde la mujer colabora y confía en su capacidad de dar a luz. Esta disciplina le proporciona a la futura madre conocimientos sobre la gestación, parto, ejercicios y formas para controlar el dolor y ansiedad durante el alumbramiento.
Para tener un parto psicoprofiláctico es importante un equipo médico de alto nivel profesional, que posea sensibilidad para valorar los beneficios del parto natural sin anestesia y la experiencia para la mujer, su pareja y el bebé.
El médico debe estar a favor de que el parto sea lo más natural posible.
Debe respetar:
- Posición libre y movimiento durante el trabajo de parto.
- Hidratación oral
- Manejo de dolor con métodos no farmacológicos
- Eliminar la incisión quirúrgica de la rutina
- Dejar que dos personas estén durante el trabajo de parto.
- No cateterizar vejiga.
Donde no se puede aplicar:
- Hay situaciones especiales que requieren de intervenciones médicas como anestesia o cesárea.
Entre ellas están:
- Desproporción cefalopélvica, donde la cabeza del bebé es demasiado grande para el tamaño de la pelvis de la mamá.
- El bebé no está en la posición correcta.
- A pesar de no poder tener un parto natural, los padres crean un ambiente tranquilo.
Beneficios de prepararse para el parto
Cuando se tiene la preparación, la pareja es capaz de tomar decisiones conscientes y responsable sobre el embarazo, parto, posparto y la alimentación del bebé.
Beneficios para el pequeño
Tu hijo se beneficia principalmente en la oxigenación que tienen en la primera respiración, ya que con las contracciones del trabajo de parto, pueden respirar mejor al momento del nacimiento.
Beneficios para la mamá
La mujer que ha tenido un parto psicoprofiláctico o natural tendrá un vínculo más estrecho con su bebé, haciendo más fácil la lactancia, favorece positivamente la relación, generando que la madre no se separe de su bebé.
Beneficios para la pareja
Con el parto psicoprofiláctico la pareja puede crecer conyugalmente. Tener a la pareja durante el nacimiento favorece el apego y la formación de vínculos entre padre-madre-hijo.