¿Qué es un parto pretérmino? ¿Se puede prevenir?

La mayoría de los partos se producen «a término», es decir, ocurren entre la semana 37 y la semana 42 de gestación, contadas desde el primer día de la última menstruación. Pero si el parto se adelanta, y se produce antes de la semana 37, hablamos de parto pretérmino o prematuro.

Los niños nacidos prematuramente no tienen sus órganos completamente desarrollados y pesan menos. Por lo tanto están expuestos a más complicaciones (dificultad respiratoria, infecciones, alteraciones en la alimentación), pueden necesitar cuidados especiales ingresados en el hospital.

Muchos de los bebés prematuros se convierten en pequeños héroes gracias a los avances médicos y tecnológicos y salen adelante sin secuelas, probablemente con la ayuda del valioso método canguro. Pero cuanto más prematuro es el nacimiento más posibilidades hay de que pueda ocasionar problemas de salud para el recién nacido, y son el grupo de más riesgo aquellos bebés que nacen antes de la semana 32 de gestación (aproximadamente el 20% de todos los partos prematuros).

En los casos más graves esas complicaciones pueden llegar a ser severas (parálisis cerebral…) y poner en peligro su vida, dejar secuelas permanentes que supongan algún tipo de discapacidad a largo plazo (dificultades en la visión, al caminar, problemas pulmonares, de aprendizaje…).

Cualquier embarazada puede tener un parto prematuro, aunque tienen mayor riesgo las que ya lo tuvieron en un embarazo anterior, las que tienen embarazos gemelares o múltiples, y las que tienen alguna malformación uterina. Algunos factores del estilo de vida también pueden suponer un mayor riesgo: como un mal control prenatal, fumar, beber alcohol, el uso de drogas ilegales, la violencia doméstica (incluyendo el abuso físico, sexual y emocional), la falta de apoyo social, el estrés, y trabajar mucha horas y estar de pie por largos períodos de tiempo.

Asimismo, algunas condiciones médicas durante el embarazo también pueden aumentar la probabilidad de que una mujer tenga un parto pretérmino: la rotura prematura de las membranas, algunas infecciones vaginales y urinarias, diabetes, presión arterial elevada, trastornos de la coagulación, sangrado vaginal. Teniendo en cuenta estos factores, es posible tener unos determinados hábitos para prevenir un parto pretérmino.

Prematuro

¿Cómo prevenir un parto prematuro?

A pesar que existen varios factores conocidos que llevan al nacimiento prematuro, en casi la mitad de todos los nacimientos de este tipo se desconoce su causa. Por ello es muy difícil de predecir y de prevenir, pero aún así hay algunas cosas que la embarazada puede hacer para minimizar los riesgos de tener un parto prematuro.

  • Asistir a todas las consultas prenatales, no dejando de ir aunque se encuentre bien.
  • Si fuma, dejar de fumar o intentar reducir al máximo la cantidad de cigarrillos. Evitar ambientes con humo.
  • No beber alcohol ni consumir drogas. 
  • Reducir el estrés. Descansar el tiempo que necesite (¡aunque esto parece imposible casi siempre!).
  • Si sufre maltrato o abuso comentarlo con alguien, buscar ayuda, decirlo al médico o a la policía: es necesario para protegerse a ella misma y a su bebé.
  • Si siente ardor o dolor al orinar, consultar a su médico pues es posible que tenga una infección.
  • Aprender cuáles son las señales que pueden anunciar un parto pretérmino y qué debe hacerse en ese caso. Es lo que tratamos a continuación.
Bebé prematuro

¿Qué señales pueden anunciar un parto pretérmino?

Aunque no siempre hay señales que lo preceden, si notamos alguno de los siguientes cambios antes de la fecha término deberemos ponernos en alerta y pedir la evaluación de un especialista:

  • Contracciones (el abdomen se pone duro) cada 10 minutos o con más frecuencia, cerca de una hora.
  • Cambio en el flujo vaginal (pérdida de líquido o sangrado intenso de la vagina, aunque para las pérdidas de sangre vaginales leves también se recomienda una revisión, sobre todo si van acompañadas de dolor o cualquier otro síntoma).

Alguno de los siguientes síntomas, si no desaparecen o empeoran en una hora (si los síntomas mejoran o desaparecen, es recomendable descansar el resto del día):

  • Presión en la pelvis (siente que el bebé está empujando hacia abajo).
  • Dolor leve o sordo en la parte inferior de la espalda.
  • Cólicos o dolores como si tuviera la menstruación.
  • Retortijones abdominales con o sin diarrea.

Si la mujer nota los síntomas de parto prematuro debe ir al hospital de inmediato, donde se le realizarán los exámenes oportunos y si se confirma que tiene riesgo de parto prematuro, la embarazada quedará ingresada para administrar el tratamiento más adecuado (reposo, aunque esto se ha puesto en duda; y según la circunstancia, medicación para detener las contracciones o antibiótico o ambos, muchas veces a través del suero por vía intravenosa).

Si la gestación es de menos de 35 semanas es posible que se le administre una medicación (corticoides) para acelerar la madurez de los órganos del bebé.

En cualquier caso, no siempre se puede detener en el hospital un parto pretérmino. Esto va a depender de cada caso particular, pero lo que es importante acudir al hospital cuanto antes, ya que cuando todavía se está en una fase inicial del parto prematuro, habrá más posibilidades de retrasar el parto o de tomar las medidas oportunas para disminuir las posibles consecuencias del mismo. Como hemos dicho, la mayoría de bebés prematuros van a superar las dificultades gracias a una atención temprana.

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Tercera fase del parto
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