La inversión del útero

La inversión del útero es una peligrosa complicación del parto que puede provocar graves consecuencias. Se presenta en aproximadamente uno de cada 2.000 alumbramientos.

Experto: Juan Kusanovic, ginecólogo de Red Salud UC

Minutos después del nacimiento del bebé, las contracciones se encargan de separar la placenta de la pared del útero, para luego ser expulsada por la vagina, naturalmente o con asistencia. En el caso de cesáreas, la placenta es retirada de forma manual por el médico o matrona.

Sin embargo, hay ocasiones en que la placenta no se separa con facilidad. Esta situación podría derivar en que los intentos de expulsión que realiza tu cuerpo hagan que el útero se de vuelta, trastorno conocido como inversión del útero. En este caso el fondo uterino desciende a nivel del segmento o incluso a través del cuello uterino, lo cual puede ocurrir en un parto vaginal o una cesárea.

Según explica el dr. Juan Pedro Kusanovic, ginecólogo de Red Salud UC, “esta patología está asociada a placentas de inserción baja, uso de relajantes uterinos y placentas que se insertan en el útero más allá de lo normal”. No obstante, advierte que también podría existe un factor de desconocimiento de los factores de riesgo o una tracción exagerada del cordón umbilical al momento del alumbramiento de la placenta.

Clasificación de la inversión uterina según grado

  • Grado I: El fondo se extiende hasta el cuello uterino.
  • Grado II: Desplazamiento del fondo uterino por debajo del anillo cervical, pero que no alcanza el orificio vaginal.
  • Grado III: Completa. Extensión del fondo hasta el orificio vaginal.
  • Grado IV: Total o prolapso. Vagina invertida con el útero por debajo del orificio vaginal

Tratamiento para la inversión del útero

Si bien esta complicación se presenta en raras ocasiones, constituye una emergencia capaz de producir una hemorragia severa, por lo que debe ser tratada de manera inmediata.

Para que el útero vuelva a su situación normal se empujará el fondo uterino por el canal vaginal. Luego se pone una sonda en el interior de la vagina y se mantiene cerrado el orificio vaginal. Se instila una solución salina dentro del útero por la sonda para expandir la vagina y reinvertir el útero.

Este procedimiento requerirá anestesia general e implica la posterior administración de antibióticos a la madre. Asimismo, se suministrarán medicamentos que ayuden a controlar el dolor y drogas que relajen el útero para facilitar la tarea del médico de reubicar el útero en la posición normal.

El Dr. Juan Pedro Kusanovic sostiene que en caso de no poder restablecer manualmente el fondo uterino a su posición normal, se requerirá de una histerectomía obstétrica (intervención quirúrgica) para su resolución.

Consecuencias de la inversión del útero

Existen altas posibilidades que este trastorno ocurra nuevamente en futuros embarazos. Por ello, es muy importante que el médico conozca el historial clínico de la paciente, para que esté preparado y tome las precauciones pertinentes frente a la atención de tu parto.

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