La conexión afectiva madre e hijo crece durante del embarazo; incluso este vínculo emocional se genera en algunas mujeres antes de la concepción por su deseo de ser madre. No obstante, es hasta el momento del nacimiento que la magia vibrante de tener finalmente ese contacto piel a piel con el bebé lo que marca una huella importante en la vida del ser humano.
Los nueve meses de gestación son un período relevante en la vida de la mamá, pero el primer encuentro íntimo con el bebé inmediatamente después del parto, es lo que sostendrá la relación efectiva y emocional para toda la vida.
Verlo por primera vez, el contacto, su olor, las miradas, su llanto que se vuelve música para nosotras, las palabras susurradas, ese tono tierno en nuestra voz, los silencios, el primer abrazo, su temperatura, amamantarlo, nos hace entender que ya nuestro hijo está aquí.
Influencia del parto respetado en el recién nacido
Éste primer encuentro íntimo entre la madre y el bebé tarda aproximadamente 45-60 minutos después del nacimiento; es lo que debería permitirse en el centro de salud, siendo un parto respetuoso para la mamá y el recién nacido.
Sin embargo, pasa que en esos momentos cuando el bebé se encuentra alerta, con los ojos abiertos y en estado de tranquilidad, las luces altas en salta de partos comienzan a cegarlo; él no está acostumbrado y cierra sus ojitos, los ruidos y las voces no solo aturden a la madre, el bebé se sentirá incómodo, la temperatura cambia; ya no está en el calor del útero, los médicos lo separan del pecho de su madre, y todos estos cambios repentinos y bruscos debe enfrentarlos en décimas de segundos. ¿Por qué?
Los procedimientos médicos que debe recibir el bebé luego del nacimiento son cruciales, indudablemente, pero como humanos aún no le damos importancia a la espera, el silencio, los cuidados y el respeto por el otro, sobre todo, el respeto por el parto.
¿Cómo afecta al bebé ser separado de la madre sin permitirle experimentar este periodo de conexión emocional?
- Les produce sensación de vulnerabilidad.
- Aunque son pequeños, sienten y crean vínculos, el ser separado bruscamente de su madre marcará huella en el desarrollo psicológico del bebé.
- La sensación de vulnerabilidad desaparecerá con el tiempo, pero en su inconsciente quedarán pensamientos negativos sobre el entorno: soledad, intriga, miedo e inseguridad.
Teniendo en cuenta las necesidades de la madre, el padre y el recién nacido, ¿por qué no respetar el momento del parto? ¿Cuidar la vida del recién nacido y la mujer? ¿Por qué no venerar esos minutos entre un bebé y su madre, si es uno de los instantes más preciados?
Debemos sensibilizarnos y promover una mejor manera de acompañar el parto. Científicamente está comprobada la importancia del vínculo y el primer contacto después del nacimiento. Entonces, ¿por qué no hacer la asistencia a la maternidad y el parto más humano?
Rescatemos el gusto por la simplicidad, hablemos con nuestros obstetras, fomentemos el mensaje en los centros médicos, un parto paciente, modesto, silencioso, respetuoso y responsable influirá de manera positiva en el desarrollo cognitivo del bebé.
Las mujeres embarazadas no están solas, la Ley 25.929 de Parto Humanizado, que fue aprobada en el año 2004, pone en relieve el derecho de todas las mujeres a «transitar un embarazo, parto y posparto respetados en todos los sentidos».
