Ser padre implica una gran responsabilidad, pues aquellos que cumplan ese rol estarán obligados a enseñarles a sus niños rutinas ideales para mantener su salud. Uno de los hábitos que se debe fomentar es la higiene bucal que garantiza que un niño pueda exhibir una sonrisa brillante.
La limpieza de dientes va más allá de lo estético, pues de acuerdo con el portal Tu Otro Médico, cuando esa zona se encuentra pulcra, los infantes están menos propensos a padecer de caries y dolores de muelas en pleno proceso de crecimiento. Eso representaría un alivio para sus progenitores que siempre tratarán de mantenerlos sanos y alegres, con el fin de que puedan crecer en un entorno apto para su desarrollo.
De acuerdo con CDC Dental, «la higiene bucal está compuesta por procesos que mantienen limpios y sanos a nuestras encías, dientes, lengua y la boca en general, permitiéndonos tener un aliento fresco, conservar piezas dentarias y no sufrir molestias».
¿Cuántas veces se debe aplicar una higiene bucal?
Según odontólogos sudamericanos, los infantes deben practicar la higiene bucal, al menos, dos veces por día. Hay que hacer especial énfasis en el cepillado de las piezas para evitar que se acumulen sustancias externas (azúcares o sales) que pueden dañar el esmalte, así como restos de comida ocasionan mal aliento.
«Una buena higiene es fundamental para evitar muchas enfermedades e infecciones ya que el lavado habitual y correcto de las manos o de los dientes nos ayuda a evitar la colonización de bacterias y otros microorganismos patógenos que provocan diversos problemas de salud (…) En cuanto a la boca, una buena higiene bucal nos ayuda a evitar enfermedades como la caries o la gingivitis. La caries es la más habitual en niños y está causada por la acumulación de gérmenes que destruyen el esmalte dental. Si no se trata a tiempo, puede causar dolor e incluso la pérdida de la pieza dental», explicó el sitio web Todo Papás.
Instar a los «reyes de la casa» a alimentarse santamente, también puede favorecer a conservar una buena dentadura, que resulta fundamental para prevenir enfermedades respiratorias, cardíacas y diabetes, habitualmente vinculadas con la mala higiene bucal.
Tips para limpiar las piezas dientes
Para mantener una dentadura radiante, y evitar que se torne amarilla en cualquier etapa de la vida, los odontólogos dieron las siguientes recomendaciones:
- Lavado diario. Cada jornada tanto niños como adultos deben utilizar agua y ejuague bucal, además de un cepillo en buen estado, para remover cualquier rastro de comida que pueda alojarse cerca de las encias. Esto ayuda a prevenir anomalías en la zona. En el caso particular de los bebés, que todavía no tienen sus dientes totalmente formados, se debe utilizar una gasa para remover la suciedad que produce bacterias.
- Revisiones anuales. Se recomienda visitar al odontólogo, al menos, una vez por año para que el profesional realice una limpieza profunda con el objetivo de remover rastros de placa, que pueden generar dolores en la boca. Si un niño presenta dolencias debe ser llevado de inmediato al odontólogo para evitar males mayores.
- Disminuir el consumo de dulces. Los dentistas piensan que comer productos azucarados (especialmente golosinas) de manera excesiva, porque tienen a romper el esmalte. También instan a los papás e hijos a cepillarse inmediatamente después de consumir alimentos con mucha glucosa.
- Cambiar el cepillo de dientes. El perfecto estado de estos instrumentos ayuda a que puedan alcanzarse lugares más complicados, donde puede haber comida alojada, para impedir que se concentren bacterías que dañen la raíz de cada pieza. Se recomienda cambiar de capillo cada dos meses o cuando estén visiblemente desgastados.
- Enjuague bucal. Para eliminar a las bacterías que causan el mal aliento, es necesario utilizar enjuagues que no contengan alcohol ni azúcar. Lo que sí debe incluir ese producto es fluoruro de sodio, disminuye el resgo de sufrir caries. Estos líquidos pueden ser usados por niños de 5 años en adelante.
- Crema dental. Es importante la utilización de dentífricos desde que un individuo se encuentra en los primeros años de vida. Se debe aumentar el nivel de fluor de manera progresiva, para que no se produzcan efectos secundarios en los menores de edad,
Si se siguen estas instrucciones de manera estricta, que son sugeridas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), los pequeños podrán comer sus alimentos sin complicaciones, algo que les dará mucha tranquilidad a sus padres que, de esa manera, entenderán la importancia de la higiene bucal.