El diente suelto es un gran acontecimiento para el niño, pero con ello vienen preguntas, tales cómo ¿debe salir solo o puedo ayudarlo? ¿se amarra un hilo o se quita? ¿puede el niño sacárselo solo como parte del proceso?
Experto:Dra. Pía Espinosa Mérida
Grupo Odontológico Yany
VidaIntegra La Reina
Puedes animar a tu niño a que mueva suavemente el diente que está flojito con su lengua. Es preferible evitar moverlo con los dedos, ya que con las manos puede introducir bacterias y suciedad en la boca, con el riesgo de infección. Cuando utilizan sus dedos corren un mayor riesgo de sacar accidentalmente un diente antes de que esté listo para salir. Al mover el diente con la lengua se reduce este riesgo, ya que la lengua no puede agarrar el diente de la manera que dos dedos lo hacen.
También podemos hacer partícipes a nuestros hijos de sacar este diente suelto. Puedes usar un poco de gasa alrededor del diente y que él mismo agarre el diente con firmeza a través de la gasa. Sugiérele que mueva el diente con cuidado y lo gire rápidamente para que no sienta ningún dolor asociado. El sitio web American Academy of Pediatrics HealthyChildren.org recomienda que, cuando el diente esté bien suelto, sea el niño quien se lo quite, pues él sentirá si le duele todavía o no.
Otras veces es recomendable que tú misma le ayudes, especialmente cuando notas que el diente se va a caer pronto y puede correr el riesgo de que se lo trague mientras come o mientras duerme. Para sacar esos dientes que ya están por caer, pero que necesitan una ayudita extra, puedes removerlo envuelto en gasa (como el ejemplo anterior) o enrollarlo con un trocito de seda dental y tirar suavemente. Coloca un trozo limpio de gasa para detener cualquier sangrado.
En ocasiones, hay dientes que tardan más de la cuenta en caerse o simplemente le causan problemas a los niños. Por ejemplo, hay niños que no quieren comer porque les molesta que el diente se mueva, no aceptan que les toquen la boca, o les duele. Lo recomendable sería pedir una cita al dentista para que lo revise y evalúe si hay que extraerlo o dejar seguir el curso de la naturaleza. La mayoría de dientes de leche suelen caerse solos, el 1% son aquellos dientes de leche que, aun apareciendo el nuevo no se cae, es entonces cuando hay que acudir al dentista.
Celebra y diviértanse
La caída del primer diente es una oportunidad perfecta para celebrar, pues es un momento importante en la vida de tu hijo y de toda la familia. Muéstrale el diente a tu hijo para que vea cómo son los dientes completos. Páralo frente a un espejo para que vea su nueva sonrisa y ríete con él. Tómale una foto para que la tengan de recuerdo.
Explícale que por la noche, “El ratoncito de los dientes” vendrá a recoger el diente y que debe dejarlo debo de la almohada. En recompensa, El ratoncito le dejará un regalo como agradecimiento.
La caída de un diente es también una excelente oportunidad para educar a tu hijo sobre la importancia de los dientes y de mantenerlos limpios. Ahora que él sabe lo que se siente perder un diente, recuérdale que los dientes de leche son como un “ensayo” para que aprendamos a cuidar los dientes permanentes, porque esos ya no tendrán ningún reemplazo.
Bienvenidos los nuevos dientes
Los dientes nuevos son más grandes y ocupan más espacio que los de leche, esto es completamente normal. Los dientes permanentes también suelen ser menos blancos que los de leche y tienen puntas más afiladas, puesto que todavía no se han desgastado.
Al mismo tiempo que se sueltan los dientes anteriores y se produce el recambio, en la parte posterior de la boca están ocurriendo procesos que pueden pasar inadvertidos. Nos referimos a la erupción del Primer Molar Permanente. Este nuevo diente brota justo por detrás de las últimas muelitas de leche y podemos diferenciarlo al ser más grande y ancho que los de leche.