La salud bucal en el embarazo es especialmente delicada, ya que los cambios hormonales pueden hacer que las encías estén más sensibles y las náuseas pueden contribuir a que sea más complicado llevar una higiene adecuada. Además, el ácido del vómito puede causar erosión esmalte y llagas en la boca. Y, aunque sea difícil, vamos a ver que la higiene bucal es fundamental si sufres de náuseas en el embarazo y te explicamos cómo llevarla a cabo.
Porque manteniendo una adecuada higiene vamos a prevenir las enfermedades periodontales, que suponen un riesgo para el embarazo, incluso cuando la propia pasta de dientes te provoque náuseas. Y es que, sobre todo si sufres mareos severos o hiperémesis gravídica, probablemente uno de los olores que no soportes sea el del dentífrico.
Entonces, ya no solo el simple hecho de comer, cepillarse los dientes supone un problema: la espuma de la pasta en la boca puede provocar náuseas y vómitos. ¿Qué hacer en estos casos? Estos son los consejos para mantener una higiene bucal adecuada si tienes náuseas en el embarazo.
- Cuando sea posible, si es que en algún momento del día te encuentras mejor, cepíllate los dientes con una pasta que contenga flúor y utiliza la seda dental. Si te va mejor, no te enjuagues después del cepillado, simplemente elimina los restos de pasta de la boca.
- No te cepilles los dientes inmediatamente después de vomitar porque el ácido del estómago ablanda el esmalte dental y es más fácil que se vaya eliminando. Mejor, después del vómito, enjuagar la boca con un enjuague con flúor o con agua. Conviene esperar al menos 20 minutos entre el vómito y el cepillado de dientes, de modo que el esmalte vuelva a endurecerse.
- Utiliza una pasta y un enjuague de sabor y olor suave, hay algunos específicos bastante neutros y sin agentes espumantes, aunque es posible que, entre los habituales, haya alguno que no te provoque repulsión. Es cuestión de probar.
- Si no puedes tolerar ninguna pasta de dientes hay que tratar de cepillarse sin pasta, lo cual al menos reduciría la placa eficazmente. Si es el cepillo lo que molesta, se puede probar a frotarse los dientes con una gasa o con el dedo, tal vez con un poco de pasta.
- En cuanto a los cepillos de dientes, se aconseja utilizar un cepillo de dureza media con un cabezal no muy grande, ya que muchas veces el tamaño grande del cepillo puede provocar náuseas si se introduce demasiado.
- Probablemente, tendrás que probar cepillo manual o eléctrico para ver si toleras mejor alguno de los dos. A veces, son las vibraciones fuertes y rápidas de un cepillo eléctrico recargable lo que puede aumentar las nauseas, tal vez necesites un cepillado más suave (manual o cepillos desechables con batería).
- Si empezamos limpiando los dientes posteriores primero se retrasa el contacto de la crema dental con las papilas gustativas (lo cual potencialmente provoca el vómito).
- Si eres muy propensa a las caries, se puede consultar al ginecólogo y al dentista si es apropiada una pasta de dientes y enjuague bucal con alta concentración de flúor.
- Aunque los azúcares y carbohidratos pueden favorecer la caries dental, suelen ser necesarios para mitigar las náuseas, y probablemente los tomarás como tentempiés (bocadillos, galletas…). Si lo toleras, mastica chicle sin azúcar con xilitol después de esas comidas (el xilitol frena la aparición de placa).
- Si tomas con frecuencia bebidas azucaradas o gaseosas, conviene utilizar una pajita para que el ácido y el azúcar no roce los dientes.
- Visita al dentista al menos una vez durante el embarazo y si tienes cualquier problema bucal, no lo dejes pasar.