Obesidad infantil: ¿Qué podemos hacer?

Obesidad

La salud de nuestros hijos es una de las cosas más importantes para nosotros como padres. El miedo a romperse un brazo al hacer deporte o tener conjuntivitis en la escuela siempre está en el fondo de nuestras mentes. Pero a veces nos centramos demasiado en el aquí y ahora y nos olvidamos del largo camino. Hoy queremos hablarte sobre la obesidad infantil y cómo puede afectar a nuestros pequeños.

La obesidad infantil es un problema de salud que se mueve lentamente, pero es importante. No solo puede afectar el bienestar físico de nuestros hijos, sino que también puede afectar su salud mental. Desafortunadamente, este problema va en aumento. Desde 1970, el porcentaje de niños con obesidad se ha triplicado.

Afortunadamente, existen formas de ayudar a tu hijo a estar sano y mantenerse sano. Así es como respondemos a las preguntas más comunes sobre la obesidad infantil.

¿Cuándo se considera que un niño está obeso?

Se considera que un niño tiene sobrepeso cuando su IMC (Índice de Masa Corporal) está en el percentil 85 o superior. Y tienen obesidad cuando el IMC está en o por encima del percentil 95. Aproximadamente el 30 por ciento de los niños tienen sobrepeso y el 17 por ciento son obesos. Durante la última década, las tasas de obesidad entre los niños se han estabilizado. Lo más probable es que esto se deba a una mayor conciencia pública y campañas nacionales que están trabajando para que los niños estén activos y coman mejor.

¿Cómo afecta el sobrepeso o la obesidad a la salud general de mi hijo?

Hace veinte años, la diabetes tipo 2 rara vez se informaba en niños. Pero, con el aumento de la obesidad pediátrica, ha habido un aumento dramático de esta condición en la juventud. Un estudio multicéntrico ha encontrado que la diabetes tipo 2 representa hasta el 15 por ciento de todos los diagnósticos de diabetes en niños mayores de 10 años.

Otras consecuencias para la salud que habitualmente vemos son la enfermedad del hígado graso, el colesterol alto, la hipertensión y los cambios hormonales, como la pubertad temprana y el síndrome de ovario poliquístico.

Tener sobrepeso en la niñez aumenta el riesgo de tener sobrepeso en la adultez. Eso significa que si estas condiciones no se desarrollan en la niñez, es probable que se desarrollen más tarde. La obesidad en la edad adulta también puede provocar:

Nuestros hijos necesitan una dieta saludable y balanceada que les proporcione suficiente energía para crecer y desarrollarse correctamente.

Los niños generalmente necesitan ingerir más energía que la que consumen, y esta energía adicional ayuda a formar nuevos tejidos mientras crecen. Sin embargo, si los pequeños consumen con frecuencia demasiada energía, el exceso se almacenará en su cuerpo en forma de grasa, trayendo como consecuencia el sobrepeso. 

Consecuencias de la obesidad infantil

Si tu hijo es obeso, cuando crezca, y se convierta en un adulto, tiene el triple de posibilidades de sufrir:

  • Hipertensión
  • Diabetes tipo 2
  • Colesterol alto
  • Asma
  • Problemas de desarrollo en los pies
  • Enfermedad hepática
  • Problemas para conciliar el sueño
  • Enfermedades cardíacas
  • Depresión

Causas de la obesidad infantil

  • La obesidad infantil puede estar relacionada con la falta de lactancia materna. Los niños que no han sido amamantados corren el riesgo de sufrir obesidad.
  • El exceso de alimentos con alto contenido de calorías.
  • La falta de ejercicios puede contribuir a la obesidad infantil. 

Cómo prevenir la obesidad infantil

  • Los niños deben comer sano, dejando a un lado el exceso de dulces y calorías extras.
  • Los juegos de antaño son una excelente opción para prevenir la obesidad, ya que los juegos electrónicos se han convertido en uno de los causantes del sobrepeso, debido a la poca movilidad que le brinda al niño.
  • Es recomendable que los niños lleven una rutina diaria de ejercicios. La bailotetapia infantil es maravillosa para nuestros pequeños.
  • Es importante que lleves un control de lo que tu hijo come en la casa y fuera de ella.
  • Si observas que tu pequeño aumenta de peso descontroladamente, debes buscar la ayuda de un especialista.
  • Los padres tienen la maravillosa tarea de platicar con sus hijos sobre las consecuencias de llevar una alimentación malsana y sedentaria. Así el niño se hará consciente y buscará la manera de establecer límites en su alimentación.

¿Sufre tu pequeño de obesidad infantil?

En la actualidad no es un secreto para nadie que la sociedad come a deshora y se alimenta de comida chatarra que es perjudicial para la salud, y lo que no nos damos cuenta es que nuestros hábitos alimenticios se los heredamos a nuestros hijos, esto trayendo como consecuencia que sufran de sobrepeso u obesidad a muy temprana edad.

En España se realizó un estudio y este indica que uno de cada tres niños menores de 15 años presentan problemas de obesidad infantil o sobrepeso, y que muchos padres no les presta mayor atención a estos problemas ya que consideran algo normal el exceso de kilos. Además de ello un estudio realizado por el Comité Interdisciplinario para la Prevención Cardiovascular o C.E.I.P.C aseguró que casi el 70% de los padres no consideran algo alarmante el sobrepeso.

Para algunos padres ver comer a sus hijos grandes cantidades de comida, es sinónimo de buena alimentación y sólo consideran que su hijo tiene sobrepeso cuando ya esté está fuera de control y con problemas de obesidad infantil. Muchas personas desconocen que el hecho de tener kilos extras durante la infancia o la juventud termina condicionándote y pueden desarrollar diferentes enfermedades cuando lleguen a ser adultos.

Hay ciertas actitudes que se deben tomar en cuenta para saber si nuestro hijo sufre de sobrepeso a temprana edad, ellas son:

  • Si se ve más rellenito que sus pares.
  • Se cansa con facilidad a la hora de realizar cualquier actividad física.
  • Duerme más horas de lo que un niño de su edad necesita.
  • Si presenta estreñimiento o intolerancia al frío.
  • Si su cuerpo tiene estrías.

Es importante que desde una edad temprana le enseñemos a nuestros hijos hábitos saludables, animarlos a realizar alguna actividad física y aprender a amar su cuerpo para que reduzcan el consumo de azúcar y grasas. Por otra parte también imprescindible que los platos de comida tengan menos cantidad y más calidad ¿Por qué? Porque así le suministramos todos los nutrientes que nuestro hijo necesita en cada comida y esto hace que se sienta satisfecho, y ya no tiene necesidad de comer de más.

La leche materna protege contra la obesidad

Entre los beneficios de la leche materna, se cuenta la protección contra la obesidad y sus efectos a futuro. Los expertos, Claudia Serrano y Pamela Godoy, nutricionistas, nos asesoran en el tema. 

La leche materna es el alimento más completo, adecuado y de características únicas con las que puede ser alimentado un bebé, su composición es tan grandiosa y especifica que es capaz de sostener la vida de manera independiente. Cubre en su totalidad las necesidades nutricionales del niño durante los primeros 6 meses de vida. Por otro lado, le entrega propiedades inmunológicas inmejorables que lo protegen de enfermedades.

Beneficios de la leche materna contra la obsesidad

La OMS, Organización Mundial de la Salud y UNICEF, Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, recomiendan la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de vida y de forma complementaria hasta los 2 años o más.

La revista Nature Reviews destacó el trabajo realizado por el equipo del doctor Andreu Palou en la Universidad de las Islas Baleares. Donde se reafirma que la leche materna previene al bebé de tener obesidad y los problemas derivados de ella a lo largo de su vida.

La responsable de este beneficio es la Leptina, proteína que no se encuentra en las fórmulas lácteas, regula el apetito y aumenta la lipólisis, entre otros. La ingesta de leptina en la leche materna, afectaría a los centros cerebrales del hambre y del peso corporal. El efecto duraría hasta la vida adulta, protegiendo al niño de las enfermedades derivadas de una dieta rica en grasas, como la estenosis hepática y algunas complicaciones metabólicas.

El niño nace en un estado de relativa inmadurez en sus órganos, los riñones y el hígado aún no son todavía capaces de procesar alimentos altos en proteínas, por otro lado, el cerebro continuará madurando durante los siguientes 2 años. Aquí es donde toma profunda importancia la especificidad de la leche. Las fórmulas lácteas son alimentos que provienen del procesamiento de leche de vaca.

Leche materna y formula

Los niños que son alimentados con fórmulas lácteas son generalmente estimulados a “tomarse toda la papa”, lo cual los perjudica en la ingesta de calorías, ya que las leches artificiales tienen un mayor aporte de ellas. Esto a mediano plazo deteriora los mecanismos de control de la saciedad, por lo tanto tienden a consumir mayor cantidad de alimento.

En cambio los niños que son amamantados regulan por sí solos su capacidad de alimentarse, avisando cuando quieren mamar y recibiendo la leche a la hora y temperatura ideal, afianzando aún más los lazos de apego con su madre.

¡Incentivemos la lactancia y con la leche materna protejamos y apoyemos a las madres que amamantan!

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