Cuando nuestros bebés son alimentados con leche materna, toman todos los nutrientes necesarios para su desarrollo de los alimentos que nosotras consumimos. Si bien no es necesario llevar una dieta estricta o especial durante la lactancia, sí es importante que llevemos una alimentación equilibrada como cualquier persona.

Un nuevo estudio comprobó que la fructosa, un edulcorante natural que se encuentra presente en muchos alimentos y que está relacionado con problemas como obesidad o diabetes, pasa de la madre al bebé a través de la leche materna, lo que aumentaría el riesgo de padecer problemas metabólicos.

El estudio, realizado por investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad del Sur de California, fue publicado en febrero en el sitio web Nutrients y muestra los resultados de una investigación en la que participaron 25 madres con sus bebés.

Para el estudio se analizaron a los bebés cuando tenían uno y seis meses de vida. Durante ese periodo fueron alimentados únicamente a base de leche materna y se les dieron menos de 220 gramos de leche de fórmula a la semana, de acuerdo con las madres. Los investigadores tomaron muestras de la leche materna de las madres y midieron los niveles de distintos tipos de azúcar, como la lactosa, glucosa y fructosa. En los bebés, midieron el nivel de grasa, masa muscular y masa ósea.

La evidencia preeliminar del estudio muestra que la fructosa, así sea una pequeña cantidad equivalente al peso de un grano de arroz en el consumo de leche materna de un día, está relacionada con un aumento de peso y músculo.

La fructosa, que podemos encontrarla en frutas, alimentos procesados o refrescos, no es un componente natural de la leche materna. Este tipo de edulcorante pasa como «azúcar de segunda mano» a los bebés lactantes, proveniente de la dieta de la madre, por lo que se deben tomar precauciones para prevenir la exposición de cantidades elevadas de azúcar a los bebés durante su desarrollo.

Cabe aclarar que la fructosa que se encuentra en las frutas no es dañina. El azúcar que se encuentra en las frutas es natural y nuestro organismo la procesa diferente a la fructosa en otros alimentos, que se añade industrialmente para dar sabor y que resulta más riesgosa para la salud por su vinculación con la obesidad.

Cuando un bebé o un niño reciben cantidades elevadas de azúcar pueden producirse problemas de desarrollo cognitivo y aprendizaje, así como aumentar el riesgo de padecer enfemedades en el futuro como diabetes, hígado graso o enfermedades del corazón.

De acuerdo con los investigadores, la leche materna contiene otros azúcares naturales y saludables que son beneficiales para el crecimiento y desarrollo de los bebés, como la lactosa, que es la principal fuente de carbohidratos y que hace la leche materna muy beneficiosa.

Anteriormente se ha comprobado que la fructosa que consumen las madres influye en la salud del bebé desde el embarazo, hace algunos meses un estudio reveló que una dieta alta en fructosa éste puede dañar la placenta y restringir el crecimiento fetal.

Los investigadores recomiendan que las madres limiten su consumo de azúcar durante el embarazo y lactancia para prevenir pasarle cantidades elevadas a sus hijos. Además, se pueden tomar precauciones proteger a los bebés y niños de los efectos dañinos del azúcar al escoger cuidadosamente los alimento que compramos, como la fórmula y los potitos, fijándonos en que no contengan azúcares añadidos o endulzantes artificiales.

Estos resultados no son motivo para dejar la lactancia o ponerse una dieta muy estricta. Si bien la dieta de la madre es lo que determina la composición de la leche, debemos recordar que la leche de todas las madres es buena, pues cubre las necesidades del bebé. Incluso los investigadores reafirman que la leche materna continua siendo el mejor alimento para los bebés y que las madres deberían continuar dando el pecho el mayor tiempo posible.

Lo importante aquí es que debemos recordar siempre cuidar nuestra alimentación, ya que independientemente de si se les da o no pecho, es importante que todos por igual llevemos una alimentación equilibrada para cuidar nuestra salud.