Nos preocupamos por nuestros hijos, por su bienestar y sobre todo por su alimentación, crear hábitos en su dieta diaria es una rutina que debe comenzar desde muy chicos, sin embargo, ni presionar a los niños para que coman ni restringirles la comida es buena idea.
No es una práctica nueva el hecho de obligar a los niños a comer, desde hace muchos años, nuestros padres también nos forzaban a comer lo que quedaba en el plato. No obstante, especialistas han señalado que esto no es correcto, ya que el niño sabe cuándo y cuánto necesita comer.
Al respecto, el dietista, nutricionista y escritor de varios libros; Julio Basulto, sugiere que: “no debemos insistir para que nuestros hijos coman algo que no quieren, más cantidad de la que desean o más rápido de lo que pueden”. De ser insistentes y violentos a la hora de crear hábitos alimenticios, solo crearemos resultados negativos.
¿Por qué no debemos obligar al niño a comer?
- Cuando forzamos al niño a comer lo que ya no quiere, puede tener en ellos efectos indeseados, y una gran prueba de ello es el sobrepeso u obesidad infantil.
- También es posible que el niño adopte conductas de tipo purgativo.
- A la obesidad infantil también se le adhieren enfermedades cardiovasculares y diabetes de tipo 2.
Asimismo, una investigación encontró que los padres de niños con sobrepeso tienen a restringirles la ingesta de comida lo que no es beneficioso para los chicos, por otro lado, los padres de aquellos niños con peso normal o «bajo peso», son quienes mayormente los obligan a comer más de lo que el cuerpo del infante puede tolerar.
Conductas habituales que debemos evitar
- Amenazar al niño.
- Hacerlo sentir mal.
- Decirle mentiras para que coma.
- Presionarlo o insistirle.
- Atemorizarlo
- Maltratarlo físico y psicológicamente.
¿Qué hacer para que coman?
- Darle tiempo, pues cada niño come a su manera y a su ritmo.
- Ofrecerle alimentos o recetas nuevas.
- Evitar distracciones a la hora de comer.
- Comer en familia y sobre todo darles el ejemplo.