Muchas familias lidian día a día con los malos hábitos alimenticios de sus hijos y para que se alimenten más sanamente. Aquí algunas recomendaciones para lograr esta gran tarea.
Experto: Cecilia Castillo, pediatra y nutrióloga Clínica Avansalud
La alimentación de los niños es fundamental en su etapa de crecimiento y desarrollo, por lo que los especialistas recomiendan una dieta balanceada, compuesta por lácteos, carbohidratos, vitaminas y minerales, con poca presencia de azúcares. Pero en la práctica, muchas veces ocurre todo lo contrario, pues los pequeños prefieren comer dulces, golosinas, papas fritas y hamburguesas, dejando de lado los productos más nutritivos y aumentando así los índices de obesidad infantil.
¿Qué podemos hacer para que los niños coman más vegetales y verduras? Según explica la Dra. Cecilia Castillo, pediatra y nutrióloga Clínica Avansalud, hay que tener en cuenta que a partir de los 6 meses de edad un menor ya puede comer vegetales en forma de puré de verduras con carnes y también frutas. “Lo importante es agregar los alimentos de forma progresiva, uno a uno, para que el pequeño se vaya acostumbrando a su sabor. Gradualmente pueden incorporarse ensaladas hechas a partir de verduras crudas y molidas”.
En términos nutricionales, las frutas y verduras son imprescindibles para tener una alimentación saludable. “Estos alimentos son naturalmente libres de grasas y aportan una amplia variedad de vitaminas (carotenos, vitamina C, K y provitaminas), minerales, fibras y otras sustancias que contribuyen a mantener una buena salud y fortalecer el crecimiento de los niños. La amplia variedad y el exquisito sabor y textura de frutas y verduras facilita su incorporación en cualquier preparación y en cualquier tipo de dieta”, explica la especialista.
Y como muchas veces los niños se niegan a comer ensaladas y verduras y la hora de la comida termina siendo una tortura, la Dra. Castillo entrega estos simples consejos para revertir la situación:
- Variedad de frutas y verduras: Un plato colorido resulta mucho más atractivo que uno de un solo color. “Los ingredientes sugeridos son la betarraga, zanahorias, porotos verdes, acelgas y tomate, aliñados con aceite, poca sal y jugo de limón”, detalla la Dra. Castillo.
- Ir probando de a poco: Aunque no existen verduras contraindicadas, sí se recomienda ir probando lentamente la tolerancia de algunas que son más flatulentas como coliflores o brócolis. “Esta etapa de la vida representa el periodo donde se fijan gustos y hábitos que son difíciles de modificar en etapas posteriores de la vida, por lo que es importante dar a conocer a los niños una amplia oferta de alimentos saludables”, acota la experta.
- Ojo con los aderezos: “Las ensaladas deben estar aliñadas con aceite, poca sal y jugo de limón, evitando el exceso de estos ingredientes. Se recomienda no agregar mayonesa, ya que sólo incrementa el aporte de calorías y grasas en la dieta”.
- Cuidar el tamaño de las porciones. Los niños deben comer menos que los adultos, por lo que no es bueno pretender que ellos coman la misma cantidad de frutas y verduras de un adulto. “Un detalle muy importante es no repetir los platos o aumentar el tamaño de las porciones aunque la comida esté deliciosa. A medida que crecen se puede aumentar el tamaño de la porción, pero nunca debe igualar la de un adulto, ya que los niños necesitan un porcentaje menor de calorías en comparación con un adulto”.
- Fijar un horario diario para consumir frutas y verduras. Los niños deben consumir diariamente estos alimentos. En el almuerzo y cena deben incorporarse pequeñas ensaladas crudas y cocidas: tomate, lechuga, repollo, pepinos, apio, brócoli, acelgas, porotos verdes, aliñados de preferencia con aceite de oliva. “Es recomendable agregar también tres frutas diarias ya sea como fruta natural, o como “tutti fruti” o convertida en jugos hechos en casa sin agregado de azúcar”, concluye la especialista de Avansalud.