Muchos padres, al acercarse los 2 o 3 años empiezan con las dudas de si su hijo tiene o no algún trastorno del lenguaje. Para algunos es difícil aceptar que su hijo necesite ayuda profesional porque, equivocadamente, lo asocian a un problema neurológico o de capacidades motoras.
Sin embargo, los trastornos del lenguaje no siempre tienen una raíz neurológica, ni física, sino que simplemente con técnicas de fonoaudiólogo el pequeño que habla muy poco puede encontrar solución y potenciar sus aptitudes.
¿Por qué es importante detectarlo?
Hay veces en que los padres se dan cuenta de esto al postular a su hijo a un colegio y este no sea aceptado por no estar “al nivel” de sus compañeritos, esto puede desarrollar inseguridades, timidez, y otros problemas relacionados con la frustración en el pequeño.
¿De qué se trata?
En primer lugar hay que recordar que el lenguaje es un proceso complejo, una capacidad que proporciona una serie de habilidades específicas. Como las habilidades fonéticas, que le permiten hacer sonidos articulados, y fonológicas, para asociar sonidos correctamente, las palabras y sus significados. Hay trastornos del lenguaje que afectan a una o ambas, con diferentes síntomas y problemas específicos. Los trastornos del lenguaje pueden estar asociados a un problema de deficiencia de la lengua, como falta de fluidez o tartamudeo, pero también pueden estar relacionados con el autismo, por ejemplo.
Síntomas y causas
Los trastornos específicos del lenguaje por lo general afectan a los niños de entre los 2 y 6 años. Trastornos caracterizados por la alteración de los sonidos, la incapacidad para pronunciar correctamente algunos sonidos, algunas letras y, por lo tanto, ciertas palabras. También pueden darse otras manifestaciones como la omisión de los sonidos, su alteración o sustitución, la inversión de las sílabas de una palabra, la pronunciación de palabras incomprensibles y dificultades para emitir algunos sonidos de la manera correcta, y que en la mayoría de los casos son los más complejos, como s, z, gl, gn.
Tratamiento
Los padres deben saber que, a medida que el niño crece, los trastornos del lenguaje tienden a disminuir y resolverse por completo. Cuando, sin embargo, el trastorno no se resuelve de forma natural y, cumplidos los cuatro años de edad, todavía tiene las mismas dificultades de comunicación, es mejor no esperar y ponerse en manos de un experto, el terapeuta del habla, que ayudará a elaborar un programa para resolver el problema con ejercicios específicos para realizar también en casa, con la ayuda de mamá y papá. Hoy en día tambien son muy comunes las Escuelas de Lenguaje, en las que preparan al niño para el ingeso al colegio y no tener problemas a futuro, de esta forma el niño se nivela y está preparado para enfrentar los contenidos escolares en igualdad de condiciones que sus compañeros.
Así que tranquila, no es algo poco frecuente y tiene solución.
