El sonambulismo en los niños es un trastorno del sueño poco habitual que se presenta en uno de cada 10 pequeños en edad escolar y su causa puede deberse a alguna interrupción de los patrones «regulares» del sueño.
Sonambulismo en los niños
Ocurre durante la etapa más profunda del sueño del niño (sueño lento), lo que hace que el pequeño que está dormido se «despierte» por la noche con los ojos bien abiertos y mirada fija, estos pueden llegar a:
- Caminar por toda la habitación e incluso por toda la casa.
- Realizar cosas.
- Mover objetos.
- Abrir o cerrar puertas.
- Desvestirse o vestirse.
- Se desplazan con poca coordinación pero esto no evita que realicen movimientos o emitan susurros aunque no entenderemos qué dicen.
- Posteriormente no recordarán absolutamente nada de lo ocurrido.
En la infancia este trastorno no se relaciona con estados psicológicos o epilepsias, esta alteración del sueño en el niño es inofensiva y debería desaparecer con la maduración del sueño.
¿Qué debemos hacer los padres?
- No intentemos despertarlos, lo ideal es llevarlos cuidadosamente a su habitación.
- Evitar tratarlos como fantasmas, no lo son.
- Debemos alejarlos de objetos peligrosos o puntiagudos.
- Mantener ventanas, puertas y armarios cerrados con llaves.
Se ha comprobado que el 10% de los niños entre 4 y 6 años presentan episodios de sonambulismo, así que si nuestro hijo es sonámbulo, no es aconsejable que duerma en literas o cerca de escaleras, también debemos crear rutinas de sueño para que el niño descanse lo más que pueda.
¿Cómo ayudarlo a combatir el sonambulismo?
- Preguntar al pediatra si es oportuno recetar un tranquilizante que facilite el sueño del niño.
- Inculcar hábitos de sueño nocturno y descanso durante el día.
- Evitar que llegue a la cama exhausto.
- Hablarle tranquilamente sobre lo ocurrido durante la noche.
- Ubicar su habitación en un lugar seguro.
Salvo a escasas excepciones, este trastorno remite con el tiempo y desaparece por completo antes de la adolescencia.