Cuando esperas un bebé, una de las elecciones más emocionantes y significativas es elegir a la madrina, esa segunda madre que estará siempre a su lado para cubrir sus necesidades.
Aunque en realidad legalmente no es más que algo significativo, lo cierto es que es uno de los “nombramientos” que se reciben con más ilusión, tú te preguntarás ¿por qué?, pues bien, por estas razones que leerás a continuación.
- – Con cada «sobrino», tu corazón se hace más grande y los quieres como si fueran tus propios hijos.
- – Puedes verte reflejada en ellos.
- – Su sonrisa es capaz de alegrarte cualquier momento del día, más aún si pasaste un mal rato.
- – Te recuerdan cómo jugabas tú cuando eras pequeño.
- – Hacen que desarrolles tu creatividad a niveles extremos.
- – Cuando se meten a tu cama para dormir contigo es simplemente lo mejor, más aún si todavía no tienes hijos.
- – Como no están siempre a tu lado, disfrutas al máximo todos los momentos con ellos, como si fuera la última vez.
- – Son tu cómplices en todo.
- – Les enseñas a no cometer los mismos errores que tú.
- – Siempre tienes besos y abrazos disponibles.
- – Son la forma que te acercas a tu parte infantil postergada y a tu parte responsable que no conocías
- – Te cuentan las travesuras que no le cuentan a sus padres.
- – Las navidades no tienen más sentido que ver cómo reaccionará cuando el viejo pascuero les traiga sus regalos.
Con ellos el amor es distinto, es un amor incondicional difícil de explicar, porque es como un amor de madre e hijo, pero sin las exigencias ni el estrés que debe cumplir el rol de una madre. ¡Qué mejor!