¿Se quiere a todos los hijos por igual?

Se quiere a todos los hijos por igual

Aunque muchas veces lo negamos o no nos damos cuenta que lo hacemos, nuestros hijos sí son capaces de percibir las diferencias entre el trato que le damos y el reciben sus hermanos y al no ser equitativos con ellos (en su crianza, cariño, normas), podemos generar conductas negativas en los niños hacia los padres.

Además, tener preferencias por un hijo creará conflictos y celos entre hermanos, e influirá directamente en su carácter, temperamento y personalidad. Estudios han demostrado que estas diferencias en el trato suele ser imperceptible para los padres, pero sí existe.

Investigadores advierten que el rechazo o el amor de cualquiera de los padres hacia los hijos, afecta el comportamiento, estabilidad emocional, salud mental y autoestima. 

¿Por qué puede haber diferencias en el trato hacia los hijos?

En muchas familias, los padres no pueden evitar sentir mayor inclinación por un hijo que por el otro, sin embargo, «no hay que sentirse culpable», al respecto, Laura Aut, psicóloga infantojuvenil de ISEP Clínic Barcelona asegura que: «Eso no quiere decir que se quiera más a uno que a otro, simplemente significa que hay hijos que, en un momento dado y por circunstancias, nos hacen sentir mejor, pero no debemos de confundir cariño con predilección y recordar que esa predilección puede ir cambiando».

Con el pasar del tiempo esta conducta puede ser modificada y los padres tendrán afinidad con cada uno de sus hijos por igual, incluso relacionarse de forma distinta con cada uno, sin distinción o comparaciones.

Tener mayor empatía por uno de los hijos no es un problema, el favoritismo sí, por eso es importante que como padres mantengamos un comportamiento equitativo ante las necesidades de los niños, aceptarlos y amar a cada uno por igual.

«Cuando se tiene un hijo se centra toda la atención y el amor en él. Cuando se tiene el segundo ese amor no se divide, el amor hacia el segundo hijo cuando nace es equiparable al del primero». Aclara la psicóloga  Laura Aut. 

¿Qué hacer cuando sentimos mayor afinidad por un hijo que por el otro?

  • Valorar y resaltar las habilidades y cualidades positivas de cada hijo.
  • Evitar compararlos.
  • Corregir sus comportamientos inadecuados de forma equitativa.
  • Enseñar a los niños que cada ser humano es distinto y que no tiene que tratar de parecerse a sus hermanos.
  • Cada hijo debe tener lugar y espacio en el corazón y vida de sus padres.
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