¿Qué es el Síndrome del Príncipe Destronado?

Los hermanos mayores padecen, en muchas ocasiones, del Síndrome del Príncipe Destronado

La organización NACE, con sede en Estados Unidos, define al Síndrome del Príncipe Destronado como aquel que aparece cuando un niño experimenta celos ante la llegada de un hermano.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) indicó que este comportamiento es común a edades tempranas y desaparecerá en la medida en la que el chico comprenda que el bebé no es su enemigo, sino un compañero durante varias etapas de su ciclo vital.

«La llegada de un hermanito o hermanita modifica completamente los hábitos de vida de una familia debido a las atenciones y cuidados que requiere el bebé, sobre todo, durante los primeros meses. Sin embargo, ya antes del nacimiento el niño también notará ciertos cambios y nervios a su alrededor que abarcan desde la preparación de un nuevo cuarto o hasta la preocupación de los padres. Todo esto lo hace padecer cuadros de miedo ante la incertidumbre», señaló NACE que llamó a los papás a mantener la comunicación con sus hijos para que comprendan lo que significa el crecimiento de la familia.

Cómo identificar el Síndrome del Príncipe Destronado

La OPS, que está subordinada a la Organización Mundial de la Salud (OMS), informó los signos que indican cuando un niño padece de Síndrome del Príncipe Destronado, los cuales se presentarán a continuación:

  • Retroceso evolutivo. Los chicos vuelven a chuparse el dedo y a orinarse con la ropa puesta, algo que hacen para mostrar su descontento por la llegada de un nuevo miembro en la casa. Esto no quiere decir que presenten problemas mentales, simplemente debe ser apreciado como señal de protesta.
  • Travesuras constantes. Los muchachos quieren llamar la atención a toda costa y por eso empiezan a comportarse mal de forma continua, una muestra de que no desea ser olvidado por sus papás.
  • Enfermedades psicosomáticas. Producto de la rabia, los infantes sufren de dolores de barriga, malestar general y diarrea de manera seguida, algo generado por su disgusto que, de acuerdo con médicos, afecta el buen funcionamiento de su sistema inmunológico.
  • Ignorar a los seres humanos. Antes y después de la llegada del neonato, el muchacho ignora la existencia de su hermano, así como la de sus padres, algo que hace con el fin de llamar la atención. Es común que ignore los regaños y que en algunas ocasiones se dedique a hablar con vecinos.

Cómo evitar que un niño presente esta condición

La Fundación Nemours, cuya sede principal se encuentra en Estados Unidos y posee filales en toda América, les recomienda a los progenitores mantener una comunicación constante con su descendiente de más edad para que comprenda que el bebé no representará una amenaza para él.

Si el niño de más edad llega a comprender ese mensaje, regularmente sus antecesores deberán involucrarlo más en la «dulce espera». Esto se logra cuando lo instan a acariciar la barriguita de la mamá y hablarle al feto. Eso le permitirá desarrollar mucha empatía con su hermano.

Una vez que el nuevo miembro de la casa esté presente, los adultos deben motivar al primero de sus hojos a ayudarlos a vestir y cuidar al bebé, algo que generará un vínculo especial entre los menores.

Educapeques, un sitio web especializado en crianza, también llamó a los encargados de velar por la salud y el correcto desarrollo psíquico y mental de los infantes a evitar las comparaciones entre hermanos, pues eso generaría una rivalidad que generaría distanciamientos innecesarios entre jóvenes integrantes de la familia.

«Es importante que los padres entiendan que para erradicar el Síndrome Del Príncipe Destronado deben tener en cuenta que sus hijos son diferentes y por lo cual cuentan con características diferentes que deben ser respetadas», explicó el medio de comunicación que llamó a los adultos a seguir los consejos de especialistas en psiquiatría y psicología, para impedir que se presenten este tipo de casos.

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