Premios para corregir la conducta de los niños: ¿sí o no?

Premios para corregir la conducta de los niños

Recompensar a los niños por una buena conducta es una práctica común, pero su eficacia y consecuencias a largo plazo son un tema de debate.  Este artículo analiza los pros y los contras del uso de premios para modificar la conducta infantil, ofreciendo una perspectiva equilibrada para los padres. 

Los Premios como incentivo a la buena conducta

Los sistemas de recompensas pueden ser efectivos a corto plazo para motivar a los niños a realizar ciertas acciones deseadas, como recoger sus juguetes, hacer los deberes o comportarse bien en la mesa.  

Al asociar una conducta específica con una recompensa tangible (un dulce, un juguete, tiempo extra de juego), se crea un refuerzo positivo que aumenta la probabilidad de que el niño repita esa conducta en el futuro. 

Esta estrategia, sin embargo, puede ser efectiva solo si se utiliza con cuidado y se evita la sobredependencia de las recompensas.  Es fundamental que la recompensa sea apropiada para la edad y el desarrollo del niño. 

La principal crítica a los sistemas de recompensas es que pueden crear una dependencia externa a la motivación intrínseca. Es decir, el niño realiza la tarea solo por la recompensa, no por la satisfacción personal del logro o la propia importancia de la acción.  Esto puede llevar a que el niño pierda interés en la actividad una vez que deja de recibir el premio, dificultando la internalización de la conducta deseada a largo plazo. 

El peligro de la sobrerrecompensa

La sobreutilización de premios puede tener consecuencias negativas.  Si los niños están constantemente esperando una recompensa por cada tarea o comportamiento positivo, pueden desarrollar una mentalidad de “pago por desempeño” que resta valor a la propia satisfacción del logro y a la internalización de valores positivos.  Esto puede llevar a un comportamiento manipulador, donde los niños se comportan bien solo para obtener la recompensa, en lugar de hacerlo por convicción propia. 

Además, la sobredependencia de los premios puede dificultar la formación de una buena autoestima. Si los niños solo se sienten valorados cuando reciben una recompensa, pueden desarrollar una baja autoestima y una dependencia externa a la validación.  

Una buena autoestima surge del sentimiento personal de logro y valor propio, no de la obtención de premios externos. 

Alternativas a los premios

En lugar de depender de los premios, es más eficaz fomentar la motivación intrínseca del niño.  Esto se logra a través de: 

  • Alabanza genuina y específica:  En lugar de un premio, elogiarlo con sinceridad por su esfuerzo y comportamiento positivo («¡Qué bien lo has hecho! Me ha gustado mucho cómo has compartido tus juguetes»).
  • Fomentar la autonomía:  Permitir que el niño tome decisiones y tenga responsabilidades adecuadas a su edad, esto potencia su motivación y sentido de autoeficacia.
  • Establecer rutinas y expectativas claras:  Que el niño tenga claro qué se espera de él en cada situación.
  • Mostrar ejemplos de buena conducta:  Los niños aprenden por imitación, por lo que el ejemplo de los adultos es fundamental.
  • Reconocer el esfuerzo y el progreso:  Centrarse en el esfuerzo, más que en el resultado, ayuda a que el niño aprenda de sus errores y se sienta motivado para mejorar.

El rol del refuerzo positivo

Si bien los premios excesivos pueden ser perjudiciales, el refuerzo positivo, aplicado correctamente, puede ser una herramienta valiosa. La diferencia radica en el enfoque.  En lugar de premiar cada comportamiento positivo, se puede utilizar el refuerzo positivo para reforzar las conductas deseadas en momentos puntuales y estratégicos, sin crear una dependencia. 

Un refuerzo positivo efectivo se centra en elogiar el esfuerzo y el comportamiento positivo de forma específica y genuina, sin asociarlo necesariamente a un objeto material.  Este refuerzo ayuda al niño a internalizar los valores positivos, fomentando su motivación intrínseca y contribuyendo a un desarrollo más autónomo e independiente.


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