Los pequeños alumnos que pasan por el proceso de calificación con ansiedad y a veces con mucha confianza en sí mismos porque saben que sus resultados fueron ideales y con gran motivación esperan el premio prometido por sus padres por sus buenas notas.
Hoy en día, es habitual comprar regalos o viajes de muchos padres a sus hijos para sacar buenas notas, o echar presas si no consiguen los resultados esperados.
¿Debes hacerle regalos al niño por sacar buenas notas?
Cabe preguntarse qué tan buenos pueden ser este tipo de incentivos o represalias para los niños y niñas y qué pueden representar en ellos emocional y conductualmente.
Según varios expertos, mencionando a psicólogos y educadores, es bueno elogiarlos y felicitarlos. Sin embargo, nunca les des regalos para o por sacar buenas notas. Esto solo lleva a que siempre quieran algo más grande. No se conforman con recibir lo mismo o una sincera felicitación.
De igual forma, cada año cuando se promete un regalo o premio y no se puede cumplir por malas notas, se fomentan sentimientos de fracaso y frustración.
Estudiar y crecer académicamente es un compromiso y parte de lo que se debe hacer como persona. Ante esto, es importante reconocer sus logros y apoyarlos en sus errores y fracasos, orientándolos a reconocer la causa de sus fracasos o los de sus triunfos.
¿Qué hacer cuando el niño saca buenas notas?
Dados los buenos resultados, una celebración familiar puede complementarse con una buena una cena, un viaje o mostrar una película que sus padres se enorgullecen de su disciplina y perseverancia, pero los regalos materiales solo fomentan el logro de metas por la necesidad de alcanzar algo material, desdibujando el propósito de su aprendizaje en los niños.
¿Qué pasa cuando el niño no tiene buenas calificaciones?
Ahora, dados los malos resultados finales, los castigos deben ser apoyados en varios aspectos, por ejemplo, con respecto a la razón o causa. Cuando el comportamiento no fue el mejor durante el año y les costó tener disciplina con las tareas. Los padres deben evaluar cómo se están desarrollando los hábitos de aprendizaje y comportamiento en el hogar.
Pero si son constantes, hacen lo establecido y aunque no logren las metas, se necesita identificar la razón de lo sucedido.
Habla con el maestro sobre el método de enseñanza y el ambiente del salón de clases, que no sean víctimas de acoso escolar o tengan alguna patología que les impide avanzar, ya que todas estas cosas afectan en gran medida el bajo aprendizaje de los niños.
Corregir con afecto
En este caso, no es bueno castigarlos, al contrario, deben hacer su parte emocional y corregir los efectos en el niño, hacer cambios en la escuela o ayudarlos a enfrentar las diferentes situaciones correctamente.
La comunicación constante con el líder del curso para estar informado de su comportamiento y desempeño académico te permite estar pendiente del aprendizaje para hacer correcciones en caso de ser necesario o felicitar en caso de buen desempeño.