Los miedos de los niños según su edad

educar a los niños sin manipulaciones

Los pequeños tendrán distintos tipos de miedos según la edad que tengan. El miedo en los niños es algo bastante común y normal durante su crecimiento. Todos ellos son distintos, por ende sus miedos pueden ir variando, no todos los hijos pueden temerle a lo mismo, justamente por ello, para lo papás cada hijo representa un reto en esta área. Los pequeños tendrán distintos tipos de miedos según la edad que tengan.

Lo que los papás deben saber

Lo importante en todo esto, es que los papás le enseñen a sus hijos a ir superando sus miedos poco a poco, jamás deben dejar que no los superen, porque mientras vayan creciendo aparecerán otros y no deben por ningún motivo acumularse.

Con amor y paciencia los papás pueden ayudar a enfrentar estos problemas a sus hijos y demostrarles que se puede ir solucionando.

Lo primero que deben saber, es que los niños van presentando sus miedos entre los dos y seis años de edad, hasta estas edades es normal y no habría de qué alarmarse.

El miedo a la oscuridad es uno de los más comunes, porque en el ser humano está inherente el miedo a lo desconocido. Por lo general, es un problema que tan rápido como aparece se va, poniendo cuidado en ciertas cosas, como dejarle al niño una lámpara de bajo voltaje.

Jamás se deben alterar junto al pequeño, ya que esto sólo potencierá su miedo y empeorará las cosas.

Nunca se debe llevar a los niños al dormitorio matrimonial, ya que, puede que le resulte tan agradable que no muestre intención alguna en superar su miedo.

Los distintos miedos en las diferentes etapas de los pequeños

A los seis meses de vida del pequeño, sus primeros miedos son los desconocidos, es algo natural que el bebé muestre un rechazo con gente que no conoce.

Este miedo es por el vínculo afectivo y de dependencia que ha formado con sus papás sobre todo con su mamá.

A los dos años aproximadamente comienza en el niño el miedo al abandono, lo que es una respuesta natural, sin papás cerca, no se asegura el bienestar y la vida del bebé.

Por ello, a los niños hay que prepararlos para la guardería, así no costará dejarlo en manos de otras personas.

A los pequeños les aterra la idea, de ser abandonados por sus papás, y es por eso que activan un mecanismo de defensa, y comienzan a llorar muchas veces.

Pero, los papás pueden hacer de esta experiencia algo que no sea traumático, y pueden quedarse con ellos hasta que comiencen a jugar con otros niños o juguetes.

Los educadores, siempre tiene técnicas para evitarle este mal rato tanto a los papás como al pequeño, así que solo se trata de seguir las reglas.

En caso de que el pequeño se ponga a llorar como si el mundo se fuera a acabar los papás no deben regresar por ellos, porque se acostumbrará.

Al final, los pequeños, se aceptaran a estas nuevas personas y crearan también un vínculo afectivo con quienes los cuidan, ya que los ven a diario y comparten con ellos.

También les resultará entretenido ir, porque tendrán compañeros de juegos y juguetes en ese lugar, donde podrán hacer distintas actividades. De hecho muchos niños cuando no van al jardín, ya sea por estar enfermos o por la lluvia, son los que ahora lloraran por no poder ir.

Ahora bien, a los cuatro años aproximadamente comienza el conocido miedo a la oscuridad, y es porque el niño toma consciencia de su propia existencia.

También, cuando no están acostumbrados a tener y ver un perro, se asustan mucho cuando ven uno, en especial si es grande.

Si el niño, no está acostumbrado a trata con perros, lo ideal es que poco a poco, los papás vayan acercando a un perro que sea de confianza y que no se muestre agresivo.

Los niños cuando comiencen a interactuar con perros, siempre debe ser bajo la supervisión de sus papás o un adulto.


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