¿Los juguetes definen la orientación sexual de los niños?

Los juguetes definen la orientación sexual de los niños

Los niños nacen en un mundo que ya ha sido organizado en formas heterosexistas y de género. Entonces, ¿los juguetes definen la orientación sexual de los niños? Después de nacer, los niños pasan por un proceso de socialización que se define en su mayoría por patrones heteronormativos.

En este sentido, creemos que los juguetes son componentes importantes de la socialización de los niños. Sin embargo, por años, los juguetes han sido considerados como ‘elementos’ que transmiten ‘mensajes de género’ y ‘sexualidad a los niños’.

Percepciones de la sexualidad y su construcción de identidad sexual y de género

Los expertos  tienen como objetivo examinar los ‘roles’ de los juguetes en la formación de las percepciones de género y sexualidad de los niños y en la construcción de sus identidades de género y sexual.

En general, los juguetes presentan ‘mensajes de género y sexualidad’ definidos normativamente, a pesar de la existencia de pocos juguetes neutrales o sin género.

Con juguetes de género, hacen referencia a que es muy probable que los juguetes que se les dan a los niños varíen dependiendo de sus identidades de género.

Los juguetes que se dan a los niños generalmente están orientados a desarrollar las características de género de los niños. Por lo tanto, expertos consideran que los juguetes tienen un papel considerable en la reproducción del género y la sexualidad.

Los juguetes ‘NO’ definen una orientación sexual

Los expertos dicen que hay pocas razones para creer que el ‘juego femenino’ es un precursor de la homosexualidad en los niños. Además, dicen que la orientación sexual no es realmente lo que les preocupa.

Lo que sí les debe preocupar a los padres son los problemas de confusión de género que pueden surgir debido a problemas psicológicos más profundos en el niño.

No hay apoyo para la idea que cualquier comportamiento causará que la preferencia sexual se mueva en una dirección u otra. La preferencia sexual parece estar determinada independientemente de las acciones o experiencias, incluyendo los juguetes.

Los comportamientos como jugar con carros o jugar a las casitas no hacen que un niño o niña se vuelvan homosexuales, al igual que esas mismas actividades no hacen que una niña se vuelva heterosexual. En la mayoría de los casos, no es posible saber la orientación sexual de un niño hasta al menos la adolescencia.

Trastorno de identidad de género

Si bien los expertos dicen que mostrar cierto grado de comportamiento atípico de género es bastante común en los niños, los comportamientos cruzados excesivos podrían indicar que un niño está experimentando un trastorno de identidad de género.

El trastorno de identidad de género es un trastorno psicológico en el que el niño puede expresar un deseo repetido de ser del otro sexo o de pasar tiempo exclusivamente con el sexo opuesto.

Los doctores explican que cuando el interés de un niño por las cosas y actividades femeninas es persistente y generalizado y, lo que es más importante, cuando existe una aversión a las conductas masculinas, un diagnóstico de GID puede estar justificado.

Por ejemplo, un niño puede exhibir una fuerte preferencia por el travestismo, los roles de sexo cruzado en el juego y los compañeros de juego del sexo opuesto. No estamos hablando de un niño que juega con el juego de cocina Fisher-Price y también con sus carros.

Los psicólogos y expertos en comportamiento infantil de la Escuela de Medicina de Harvard, enfatizan que el GID no es solo una cuestión de interés en el juego femenino, sino más bien una falta de interés en las típicas cosas de niños.

Un niño que juega con muñecas o una niña que juega con carros son absolutamente normales

Los doctores enfatizan que un niño jugando con muñecas es absolutamente normal. E incluso si el niño prefiere jugar regularmente con Barbie que con carros, sigue siendo normal. La distinción es si el niño dice: No me gusta ser un niño o quiero ser una niña.

Los padres deben ocuparse por tales deseos porque pueden indicar problemas subyacentes como depresión, autoestima o problemas de desarrollo personal. Lo más importante, dicen los expertos, es que los padres acepten el lado sensible de su hijo.

Y en lugar de prohibir el comportamiento femenino u obligar a un niño a participar en actividades estereotípicamente masculinas y a las niñas en las femeninas, una mejor estrategia para los padres es permitir que su hijo juegue como desee mientras observan signos de GID.

Si los padres intentan controlar el juego, los niños pueden resentirse con sus padres y tomar esto como una crítica fundamental de quiénes son.


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