Sin duda alguna en cuanto nos convertimos en padres nuestras vidas cambian por completo y para siempre. De igual forma, al mismo tiempo, iniciamos con cada hijo un viaje único. A lo largo de los años nuestros hijos van creciendo y con ello les vamos enseñando y transmitiendo mensajes de diferentes maneras. Esto puede ser poderoso al momento de compartir un principio o al hacerles cumplir las reglas.
Debemos tener presente que lo que un niño siente acerca de sí mismo a medida que va creciendo, ciertamente está determinado por los mensajes que capta tempranamente sobre sí mismo y que vienen de parte de sus padres. Entiéndase que, el niño va a seleccionar del medio ambiente lo que refuerce los mensajes paternos. Es por ello que, la forma en que nos percibimos y valoramos determina la forma en que nos comportamos, enfrentamos la vida, o nos manejamos en la sociedad.
No obstante, en algunos momentos no pensamos en el hecho de que el modo en que son recibidos estos mensajes por nuestros hijos afecta su disposición para obedecer, entender y sentir el deseo de hacer lo que se les pide o lo que es apropiado. Además, ello influencia la manera en que actúan y moldea su personalidad.
En Facemama te presentamos algunas verdades que deberíamos transmitirle a nuestros hijos y algunos consejos sobre lo que no debemos hacerles pensar, para que logres en él un ambiente armónico que lo acompañe durante toda su vida para que tome las mejores decisiones personales, espirituales y profesionales.
- Eres el dueño de tu cuerpo: Los niños necesitan entender desde muy pequeños que sus cuerpos son privados y que nadie puede adueñarse de ellos. Deben comprender que sólo su familia o el doctor cuando van a la consulta tienen permiso para verlos sin ropa. No tengas miedo de hablar de estos temas con tus hijos, recuerda que como padres no podemos dejar estas charlas para la educación sexual que se imparta en los colegios. Piensa que lo que la información que no le proporciones tú la buscará en cualquier otro que no se sabe que intenciones pueda tener.
- Cree en tus capacidades: Desde pequeños mensajes como “tú puedes, eres muy bueno en lo que haces, lo vas a lograr”, entre muchos otros, generan una buena autoestima y confianza y esa es precisamente la clave para tener éxito de la vida y ser felices. Ten presente que cuando a los niños se les potencian sus talentos y cualidades o se les ayuda a descubrirlas, se desarrollan sanos emocionalmente. Los papás debemos dedicar tiempo a acentuar lo que nuestros hijos hacen bien, a demostrarles lo orgullosos que estamos de ellos y a decirles cuánto creemos en sus capacidades, de este modo, cuando sean grandes, podrán enfrentarse al mundo sin inconvenientes.
- Elige bien tus compañías: Escoger bien a los amigos es de suma importancia, ya que pueden afectar la visión del mundo, incluso las costumbres y decisiones. El desafío que se nos presenta como padres es instruir a los hijos a pesar de no saber a quiénes se exponen en su día a día, cuando se rodean de supuestos “amigos” en las redes sociales; por lo que es muy factible el rodearse de malas compañías. Por esta razón siempre tenemos que conversar con los hijos respecto a la relevancia de ser selectivos y no asociarse con malas influencias. Por otra parte, animarlos a ampliar su círculo de amistades, a no ser posesivos con sus amigos y a crear lazos que duren toda la vida. Deben saber lo que significa un amigo verdadero.
Por otra parte, como te mencionamos anteriormente, también existen mensajes que por nada del mundo debemos trasmitirles a nuestros hijos. Sabemos que probablemente tenemos mil cosas que hacer, y resulta difícil concentrarse con la inagotable energía de los niños.
Algunas veces cuando nos vemos sometidas a estrés, es posible que se nos escapen gritos o que, en la desesperación, digamos algo de lo que nos arrepentiremos después. Tenemos que pensar bien las cosas antes de hablar, recordar que, para los hijos, los padres somos sus héroes, de esos que pueden librarlos de cualquier problema. Pero si cortamos la comunicación, afectamos su bienestar emocional, los dejamos confundidos, presionados y apenados.
Es recomendable nunca utilizar frases como “déjame tranquila, no me molestes” o “¡Lárgate de aquí!”, ya que, al decirles eso, les damos la idea de que son realmente una molestia, que estaríamos mejor sin ellos. Mensajes como estos hacen que los niños sientan que no se nos puede hablar, ya que no estamos interesados en lo que les pasa.
Las consecuencias a largo plazo pueden ser muy negativas. Podríamos crear una brecha entre ellos y nosotros, minando la confianza que nos tienen. Más aún al llegar a la adolescencia, ya que, difícilmente nos comunicarán sus asuntos.
Aunque no pronunciemos estas frases con mala intención, sentirse rechazado de esa manera puede ser fatal para un niño. Imaginemos por un instante como nos sentiríamos si la persona que más amamos nos echa de su presencia, o nos grita para que salgamos de su vista. Meditemos en esto para que, la próxima vez que nuestros hijos nos interrumpan, podamos decirle algo menos traumático y más amoroso.
Finalmente, lo más recomendable es que los padres aprendamos a organizar el tiempo de manera tal que podamos compartir por espacios con nuestros hijos, así no nos sentirán tan ausentes. Además, tenemos que aprovechar al máximo esos momentos para expresarle todo el amor que sentimos por ellos, hacerles saber de manera cariñosa que debemos hacer otras actividades en las que no está involucrado y que estas deben ser respetadas. Con todo esto puesto en práctica podremos observar cómo nuestros hijos van haciéndose unas grandes personas, estables de manera personal, espiritual y profesional.